Como una muestra de los valores de las tierras, lo es el precio de un lote de Pergamino, que anteriormente estaba cotizado en los inicios del milenio a unos u$s 4000/ hectárea, mientras que en octubre pasado alcanzó los 13.500 dólares.
Según la Compañía Argentina de Tierras (CAT), deben señalarse dos momentos claves cuando los campos disminuyeron las tasaciones de sus tierras: la devaluación del 2002 y la sequía del 2008.
A partir de ese momento, el sector no paró de gozar de un alza constante, lo cual permitió que el valor de los lotes coincidan con el afianzamiento de un modelo agricultor con la soja como su actor principal.
Este modelo propone elevar a su mayor expresión la tecnologías dispuestas para lograr el optimo rendimiento y rentabilidad. De esta manera, el campo revela una elevada variabilidad en sus valores, por ejemplo, en el alambrado de por medio puede existir una diferencia de precios de miles de dólares.
El director de una de las inmobiliarias rurales de peso del sector, Bullrich, explicó que “el comprador empezó a elegir campos y a pagarlos en función de su productividad, no tanto por el valor histórico de la zona”.
Y agregó que “la soja manda, y si se puede hacer soja o doble cultivo (rotación trigo/soja), el campo vale más”.
Asimismo, en cada región agroecológica existe la posibilidad de que haya valore picos, pero además precios bajos.
Según la CAT, en la provincia de Buenos Aires, los promedios en octubre eran de US$ 13.500 en la zona núcleo (Rojas); de US$ 9.000 en el centro oeste (9 de julio); de US$ 7.000 en el oeste (General Villegas); de US$ 6.500 en el sudeste (Balcarce) y de US$ 5.500 en el sur provincial (Tres Arroyos). Todos los valores se encuentran relacionados con el rendimiento potencial de la soja .
Si bien, la elevada suba de la hacienda en 2010 hizo que la rentabilidad de un productor de carne resulte positiva como la de la soja, los campos que se dedican a la ganadería cotizan muy por debajo: a US$ 2.200 en la Cuenca del Salado (Rauch).
Por su parte, Frenkel Santillán distinguió lo que es un fenómeno estructural de uno “coyuntural”. “En teoría vendés dos novillos gordos y comprás una hectárea. Pero no hay una estampida, porque la gente sabe que la ganadería va a andar bien hasta 2014, por la escasez de carne, y después seguirá siendo la Cenicienta”.
En tanto, el experto de Bullrich subrayó que “el que vende es por un motivo especial, como una sucesión. La oferta sigue siendo escasa y eso también tira los precios para arriba. Además, el que vende no sabe qué hacer con la plata: la gente le tiene más miedo al billete que a tener activos”.
Fuente: 26noticias.com.ar