Fuentes de seguridad informaron a la agencia de noticias EFE que doce de los extremistas murieron en un bombardeo de la aviación iraquí contra almacenes, usados por los terroristas como sedes, en la zona de Al Hasiba, al este de Ramadi.
Otros trece, entre ellos un francotirador, fallecieron en ataques con proyectiles lanzados por el ejército contra la zona de Harariat.
Dos de sus vehículos equipados con ametralladoras fueron destruidos, según un comunicado de la Dirección de los Servicios Secretos Militares iraquíes.
Una fuente de seguridad explicó que las fuerzas iraquíes avanzaron en el interior de Ramadi y llegaron hasta la Universidad de Al Anbar, en el sur de la ciudad, haciéndose con el dominio de áreas del complejo.
Esta campaña en Ramadi contó con el respaldo aéreo de la aviación de la coalición internacional, liderada por Washington, y del Ejército iraquí.
La caída de Ramadi generó el desplazamiento de miles de familias y desbarató los planes de las autoridades iraquíes, que tras liberar a fines de marzo la provincia de Saladino contaban con expulsar rápido a los yihadistas de Al Anbar.
Fuente: Télam