El periodista británico-egipcio, uno de los rostros más conocidos de la televisión qatarí, había sido arrestado el pasado sábado en el aeropuerto de Tegel en aplicación de una orden internacional de búsqueda dictada por Interpol a petición de las autoridades de El Cairo.
Su arresto, que amenazó con convertirse en un escándalo internacional, suscitó numerosas críticas en Alemania por las violaciones de los derechos fundamentales en Egipto y por el acoso que sufren los medios en ese país.
En medio de la tensión diplomática desatada, el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Martin Schafer, aseguró que iba a "examinar en profundidad" la petición de extradición
Agregó que previo a la decisión se tendrían en cuenta tanto las acusaciones que pesaban sobre el periodista como las "dudas" que suscita el funcionamiento del sistema judicial de Egipto.
Schafer recordó las reiteradas críticas que Berlín efectuó a la justicia egipcia en los últimos meses, a la aplicación de la pena de muerte en el país o a los procesos en masa en los que son condenados decenas de personas.
Poco después, la Fiscalía de Berlín anunció su decisión de no extraditar al periodista a Egipto, tras admitir que se habían tenido en cuenta no sólo motivos jurídicos, sino también "consideraciones políticas y diplomáticas" que Egipto no había podido despejar.
El Cairo reclamaba al periodista después de que fuera condenado en ausencia a 15 años de cárcel acusado de implicación en la tortura de una persona en la plaza cairota de Tahrir durante la revolución de enero de 2011, un caso que Mansur alega que fue "inventado".
Su arresto tuvo lugar el sábado, cuando pretendía tomar un vuelo de Qatar Airways en Berlín tras entrevistar al experto alemán Guido Steinberg, comentarista habitual en medios germanos para asuntos relacionados con el mundo árabe.
Según el Ministerio alemán del Interior, Interpol emitió la orden de captura a petición de Egipto, en octubre del año pasado, pero días después advirtió a todos sus miembros que ello podía vulnerar el artículo 3 de sus estatutos, que prohíbe utilizar a este organismo para una persecución política.
El Gobierno alemán no aclaró sin embargo por qué el periodista fue detenido cuando pretendía abandonar Berlín y no cuando llegó al país, hace una semana.
El caso Mansur desató en los últimos dos días una cascada de protestas ante el Ejecutivo de Angela Merkel, que recibió en la Cancillería al presidente egipcio, Abdel Fatah al Sisi, hace menos de tres semanas.
La Asociación de la Prensa Alemana (DJV) apremió hoy a las autoridades de su país a no extraditar a Egipto al periodista mientras Reporteros sin Fronteras (RSF) criticó con dureza a Berlín por atender la petición de un régimen "autoritario" que "pronuncia condenas a muerte en masa contra opositores islamistas".
Fuente: Télam
