Los tres astilleros de la zona, La Naval, Zamakona y Murueta, y las empresas auxiliares, emplean actualmente apenas a unas 6.000 personas.
Alejo Fernández, un jubilado de 70 años que trabajó en La Naval, recuerda que en los años 60, solo este astillero empleaba a más del doble de trabajadores.
Sentado con otros dos vecinos en un parque del pueblo de Sestao, dice que antes gran parte de las familias de la margen izquierda vivían de la industria, pero que ahora son muy pocos lo que lo hacen: "esto está en extinción".
"El sector naval ha vivido diferentes reconversiones, en el País Vasco se perdieron cuatro grandes astilleros en los últimos veinte años y quedaron sólo tres", explica a Télam Manuel Velada, responsable naval del sindicato UGT (Unión General de Trabajadores).
"Pasamos de ser un puntal de actividad en la construcción naval europea, y ahora somos punteros en términos tecnológicos, pero unas dimensiones en el empleo más reducida", afirma el sindicalista.
Y si la UE resuelve el próximo 17 de julio que España tiene que devolver los 2.800 millones de euros en desgravaciones por "tax lease", un sistema de bonificaciones fiscales aplicado a la contratación de buques de 2005 a 2011, "todo el sector naval del país, que emplea a unos 87.000 trabajadores se irá a la quiebra", apunta.
El temor con que se vive esta amenaza en el País Vasco es una muestra de lo que está pasando también en Galicia y Asturias, regiones del norte de España que miran al mar y que tienen al sector naval como uno de los motores de crecimiento.
"Nuestros astilleros tienen valor añadido, son punteros a nivel europeo, y si se desbloquea el conflicto con Bruselas, sin que se tengan que devolver las ayudas, la carga de trabajo se incrementará, y se creará empleo", sostiene el representante de UGT.
"En Euskadi (País Vasco) podríamos triplicar el número de puestos de trabajo y llegar a los 18.000 ó 20.000", asegura al término de una jornada de movilización y huelga que tuvo lugar el jueves en defensa del sector naval español.
El ministro de industria español, José Manuel Soria, acompañado por los presidentes regionales de Galicia, Asturias y el País Vasco, acudió ese mismo día a Bruselas para reunirse con el comisario de competencia, el vasco Joaquín Almunia, quien abrió el expediente contra España por las ayudas millonarias supuestamente ilegales.
Almunia también mantuvo hoy un encuentro en la ciudad vasca de San Sebastián con representantes sindicales de los astilleros y aseguró que el sector "no corre peligro", aunque los dirigentes no se fían.
"Hacemos un barco, luego paramos cuatro meses, cobramos subsidios de desempleo, y volvemos a trabajar", explica Joseba, carpintero de 41 años que trabaja para Zamakona.
"La mayoría de los trabajadores, soldadores, electricistas, son rumanos, lituanos y vienen con empresas contratistas, porque al astillero le sale más barato", añade.
"Trabajan 14 horas al día, hacen horas extras, y así los astilleros no contratan gente de aquí", prosigue.
"La situación es grave, tenemos trabajo, pero la competencia es feroz, los trabajos se van a Corea o China", agrega Gorka Andres, también carpintero de los astilleros.
"Si seguimos así nos quedan pocos años de vida", remarca este trabajador de 29 años.
"El conflicto con la Unión Europea es culpa de los jefes de los astilleros que cobraron las ayudas porque los trabajadores no vimos los beneficios, y nuestra situación empeoró en los últimos 5 o 6 años", señala.
Ahora, "la situación es crítica porque desde que se supo que Europa exige la devolución de millones de euros, se puso en riesgo los contratos", remata.
El reclamo de los astilleros cuenta con apoyo del gobierno español y todo el arco político opositor.
"Un dictamen contrario a los astilleros sería la estocada de muerte para toda esta zona que ya está hundida en cuanto a cifras de desempleo", afirmó Maribi Ugarteburu, parlamentaria y vocera del partido independentista vasco Bildu, presente en las protestas.
"Los astilleros han sido y siguen siendo un sector estratégico para el futuro del Euskadi y nuestra soberanía económica", subrayó.
"Si se confirma la decisión europea, puede ser un auténtico drama social. Los astilleros son un motor que genera empleo y será un lastre. Pedimos a la UE que reflexionen y recapaciten", dijo por su parte, Josu Vergara, alcalde del Sestao, ante una posible condena al naufragio.
Fuente: Télam
