Los autores del secuestro llegaron en un camión a la escuela ubicada en estado de Borno y ordenaron a las niñas -quienes viven en un terreno del colegio- que se fueran con ellos, informó la agencia alemana.
El jefe de la policía de la ciudad, Gideon Jibrin, confirmó el ataque, pero no mencionó cifras concretas.
Si bien nadie reivindicó el secuestro, se cree que fue obra del grupo islamista Boko Haram, que cometió numerosos atentados el mes pasado, especialmente en la región de Borno, y al que se atribuye el devastador ataque de ayer contra un terminal de buses que dejó al menos 71 muertos y cientos de heridos.
El número de muertos de este ataque -el peor que ha vivido la ciudad- sigue sin estar claro. Si bien la cifra oficial es de 71, un recorrido por los hospitales cercanos eleva la cifra a más de 200, según varios medios locales.
El diario Punch contabilizó además al menos 257 heridos, mientras el gobierno pidió a la población que done sangre para salvar vidas.
Hoy todavía podía verse en el lugar del ataque objetos como ropa, zapatos y bolsos, así como sangre y pequeños trozos de cadáveres.
El país quedó en estado de shock y el nivel de alerta en Abuya está en rojo.
Con cerca de 170 millones de habitantes que integran alrededor de 200 grupos tribales, Nigeria es el país más poblado de Africa y sufre múltiples tensiones por las diferencias políticas, religiosas, económicas y territoriales.
Pese a su inestabilidad, Nigeria es un país estratégico. Es el duodécimo productor de petróleo, el décimo en reservas y el octavo exportador mundial.
Su principal cliente es Estados Unidos, que consume el 40% del crudo que vende al exterior. En total, el 10% del petróleo que insume la superpotencia proviene del convulsionado país africano.
Fuente: Télam