El flamante presidente remarcó que recibía "con humildad y profundo respeto" la banda presidencial que le colocó el titular del Parlamento, Sigfrido Reyes, luego de tomarle el juramento constitucional.
Escuchaban al nuevo mandatario los presidentes de Bolivia, Evo Morales; Ecuador, Rafael Correa; Costa Rica, Luis Guillermo Solís, de la República Árabe Saharaui Democrática, Mohamed Abdelaziz; de Guatemala, Otto Pérez Molina, y de República Dominicana, Danilo Medina; y el vicepresidente argentino, Amado Boudou.
El nuevo Gobierno, afirmó Sánchez Cerén, trabajará "por una mayor integración del país al mundo" y para "ampliar las relaciones comerciales", y su tarea será "con honestidad, austeridad, eficacia y transparencia".
Sánchez Cerén integró el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) en los 12 años de conflicto armado interno, de 1980 a 1992
"Trabajaré incansablemente" para promover acciones que "faciliten" los "cambios estructurales que El Salvador necesita", recalcó el nuevo presidente, que subrayó que, igual que ocurrió durante la gestión del saliente mandatario Mauricio Funes, el espíritu del arzobispo Oscar Arnulfo Romero, asesinado en 1980, "guiará a este nuevo Gobierno".
Sánchez Cerén aseguró que "garantizará" la gobernabilidad, la inclusión social, la seguridad jurídica y otros beneficios para los salvadoreños, y le pidió a sus connacionales que ejerzan "una contraloría social, que exija compromisos éticos a sus funcionarios".
También presenciaron la ceremonia el primer ministro de Taiwán, Jiang Yi-huah; los vicepresidentes de Cuba, Salvador Valdés; Perú, Marisol Espinoza; Nicaragua, Omar Halleslevens; y Venezuela, Jorge Arreaza; y el viceprimer ministro de Belice, Gaspar Vega, junto a un centenar de delegaciones internacionales llegadas hasta el Centro Internacional de Ferias y Convenciones (Cifco).
Funes estuvo en el acto, pese a que su madre murió ayer, y por eso se realizó un minuto de silencio en su homenaje. Llegó acompañado de su esposa, Vanda Pignato, y apoyándose en un bastón, debido a sus problemas por una fractura de cadera.
Juró también en la ceremonia el nuevo vicepresidente y también excombatiente guerrillero, Óscar Ortiz, quien durante cinco períodos consecutivos, desde 2000 hasta el año pasado, fue alcalde del municipio de Santa Tecla.
De 69 años, Sánchez Cerén integró el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) en los 12 años de conflicto armado interno, de 1980 a 1992.
Se sumó así a la lista de exjefes guerrileros que alcanzan una jefatura de Estado: Raúl Castro en Cuba, Dilma Rouseff en Brasil, Daniel Ortega en Nicaragua y José Mujica en Uruguay.
Parte de su discurso apuntó a ese pasado, como cuando admitió que el Estado salvadoreño tiene una "deuda moral con los desaparecidos" del conflicto armado y sus familias "que debe ser solventada", y cuando prometió "reivindicar la memoria histórica" e impulsar iniciativas que ayuden a que "se conozca la verdad".
"Es tiempo también de asumir la responsabilidad con las personas lisiadas y los excombatientes", aseveró, y se comprometió a "atender y dar los beneficios necesarios" para que los familiares de los combatientes caídos "puedan reincorporarse plenamente a la vida social y laboral" del país.
El conflicto armado interno dejó al menos 75.000 muertos, 8.000 heridos y 12.000 desaparecidos, según los datos oficiales.
Un rato antes, a su llegada al predio, Sánchez Cerén había sido saludado por los cerca de 6.000 asistentes -según la agencia EFE- al grito de "¡Sí se pudo, sí se pudo!", y "El pueblo unido, jamás será vencido".
Fuente: Télam