Downing Street realizó el anuncio cuando la información, originada en el grupo yihadista que tomó la planta, hablaba de al menos 34 rehenes muertos, por lo menos uno de ellos británico, durante el operativo que el Ejército argelino realizó contra la toma.
"Es una situación incierta. Debemos estar preparados ante la posibilidad de malas noticias", comentó Cameron, quien mencionó que varios ciudadanos de su país trabajan en la planta capturada.
"Debemos estar preparados ante la posibilidad de malas noticias"David Cameron
Un portavoz de Downing Street confirmó que el acto se "pospone", pero no habló de una cancelación, mientras que el canciller William Hague regresó antes de lo previsto de su gira por Australia.
El discurso del primer ministro era esperado en el Reino Unido, donde existen grandes diferencias sobre cómo debe ser la relación con la UE.
Desde que asumió en 2010, Cameron intentó oficiar de equilibrista entre el ala más dura de su partido, que exige una salida del bloque, y otros sectores cercanos, como los socios en el gobierno de coalición, los liberales demócratas, que quieren fortalecer la presencia de Londres en el continente.
El premier pudo controlar varias sublevaciones de tories que, ante la debilidad del euro y la crisis de varios países, quieren frenar un contagio en la economía británica.
Pero las presiones aumentan a medida que la salida de la doble recesión más larga en medio siglo es más lenta de lo que el gobierno británico hubiera deseado, y Cameron está cediendo a la idea de convocar un referendo a realizarse en 2017 o 2018.
El factor tiempo es crucial: el primer ministro acaba de cumplir la mitad de su mandato y ya anunció que buscará la reelección en 2015.
Las encuestas no les sonríen a los conservadores, por lo que una posición más dura sobre Europa, vendida al público como "una decisión para maximizar el interés nacional", busca ser un golpe de efecto proselitista.
Ed Milliband, líder del laborismo, principal partido de la oposición, señaló que el primer ministro está llevando al Reino Unido a "un precipicio económico".
"No va ser bueno para el país ponerles un cartel diciendo que podríamos estar fuera de la UE dentro de cinco años", manifestó.
Coincidió con su contrincante político en que Londres debe reasumir algunas competencias que actualmente están centralizadas, pero aclaró que "hay que reformar la UE y no dirigirnos a la puerta de salida".
En el plano interno, el gobierno británico también tiene diferencias: el viceprimer ministro, Nick Clegg, sostuvo que el anuncio de un referendo "creará un período prolongado de incertidumbre, el peor enemigo para la creación de trabajos y el crecimiento".
Otro liberal demócrata de peso, el ministro de Negocios Vince Cable, comentó que "es un mal momento" para amenazar con una salida del bloque porque eso "generará una sensación de que el Reino Unido no puede resolver su crisis económica".
"Es un mal momento para amenazar con una salida del bloque"Vince Cable
Por su parte, los parlamentarios conservadores más duros unidos bajo un grupo llamado "Fresh Start" ("Nuevo comienzo"), lanzaron esta semana un nuevo manifiesto euroescéptico donde abogan por "la desregulación del mercado financiero londinense" y "frenar la inmigración", entre otras medidas.
"Queremos proteger la soberanía británica, asegurando que el Parlamento pueda decidir qué es lo mejor para el Reino Unido. No compartimos la visión de ´una unión más cercana´ que figura en los tratados de la UE", comentaron.
Fuente: Télam