"Nuestro gobierno y el Estado bolivariano no va a atropellar la libertad de los venezolanos independientemente de su posición política", dijo el mandatario en su programa de radio y televisión "Aló presidente".
Chávez admitió que la ley "tiene algo malo" en vista de que uno de los artículos plantea que es obligación de los ciudadanos cooperar con los organismos de seguridad en sus investigaciones, porque lo contrario puede ser sancionado con cárcel.
"A mí nadie puede obligarme a convertirme en delator", dijo y recordó que cuando encabezó el intento golpista de 1992 lo interrogaron sobre sus enlaces civiles.
"A mí me tuvieron preso y me preguntaron 100 veces sobre mis contactos, si conocía y me reunía con tales personas. Tengan la seguridad los venezolanos que aquí nuestro gobierno y el Estado bolivariano no van a atropellar la libertad de los venezolanos, jamás, porque habrá libertad y ese es uno de los signos de nuestra vía al socialismo", señaló.
El sábado, Chávez reconoció que la ley tiene "errores", por lo que aseguró que el gobierno la someterá a revisión. La legislación fue aprobada por un decreto presidencial, utilizando los poderes especiales que le otorgó el Congreso por año y medio.
El mandatario dijo que prefiere reconocer los errores que hay en la ley antes de "estar defendiendo lo indefendible".
El mandatario retrocedió una semana después de elogiar la ley, que dijo era necesaria porque Venezuela enfrenta "al imperio (Estados Unidos) más poderoso de la historia".
El viernes, el cardenal Jorge Urosa expresó su preocupación, alertando que la ley podría afectar derechos fundamentales consagrados en la Constitución.
Especialistas en leyes y organizaciones no gubernamentales advirtieron que la legislación convertiría a Venezuela en un Estado policial y obligaría a los ciudadanos a convertirse en delatores para los cuerpos de seguridad, donde hasta el secreto de confesión estaría en peligro.(Telam)