El anuncio se produce tras casi cinco meses de masivas manifestaciones estudiantiles, que demandan una educación de calidad y gratuita, y que en su mayoría concluyeron con disturbios y enfrentamientos con la policía. De hecho, en la última movilización en Santiago, el jueves pasado, se registraron violentos incidentes, luego que encapuchados atacaran con palos y piedras a la policía. Las fuerzas de seguridad respondieron con gases lacrimógenos y camiones hidrantes, dejando más de medio centenar de detenidos y una decena de uniformados heridos.
El proyecto busca "terminar con la puerta giratoria" de la Justicia, afirmó Piñera, en alusión a una serie de normas legales que permiten que delincuentes recuperen rápidamente la libertad cuando son detenidos. "Pido a los fiscales y jueces de garantía que pongan siempre por delante el derecho a vivir en paz de los ciudadanos", añadió.
"A veces nos tratan de convencer de que los jóvenes que salen a tirar piedras son verdaderos revolucionarios que pelean por un bien superior y eso no es verdad", afirmó el ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter en referencia a los estudiantes más violentos.
El proyecto establece como agravantes "el saqueo", así como "alterar el orden público, la libre circulación de personas o vehículos y la interrupción de servicios públicos". Además, aumenta las sanciones para quienes "intenten ocultar su identidad usando capuchas".
Actualmente, el Código Penal chileno sanciona el saqueo y el desorden público con mínimas penas como la reclusión menor y con controles de identidad.
El proyecto, basado en normas establecidas contra el orden público en países como Inglaterra y España, será enviado al Congreso chileno para su tramitación.
"Estamos haciendo lo correcto, proteger a los inocentes y condenar a los delincuentes, a los vándalos, los encapuchados nunca van a tener la última palabra en nuestra sociedad", completó Piñera.
Fuente: EFE-AFP