Los incidentes surgieron luego de conocerse la intención del presidente boliviano Gonzalo Sánchez de Lozada de gravar un impuesto de 12 por ciento a los salarios de 750.000 trabajadores dependientes bolivianos.
Todo comenzó después de que policías en actividad vestidos de civil protestaran pacíficamente en el mismo lugar en demanda de mejoras salariales y estudiantes apedrearan la sede gubernamental.