Hace semanas que la coalición de insurgentes sunnitas, liderados por el grupo extremista Estado Islámico (EI), intenta tomar la refinería, ubicada en la provincia de Salahedin, a unos 250 kilómetros al norte de Badgad.
Desde hace más de un año este grupo extremista lucha para instalar un califato en Irak y Siria, y combate en el norte y este de Siria tanto contra el Ejército como contra las milicias.
Actualmente controla en Siria la provincia de Al Raqqa y está ganando cada vez territorio en la de Deir Ezzor, lo que le permite una continuidad territorial con su otro bastión en Irak, la contigua provincia fronteriza de Al Anbar y ahora también las provincias norteñas iraquíes.
Por eso, recientemente el EI, que antes era conocido como el Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL), declaró la creación de un califato en esas regiones bajo su control y llamó a todos los musulmanes del mundo a emigrar a allí y pelear la "guerra santa" junto a su líder y ahora califa, Abu Bakr al Bagdadi.
Según Ata, el vocero del Ejército iraquí, los combates hoy también se concentraron sobre Tikrit, la capital de Salahedin y la ciudad natal del ex presidente derrocado y asesinado, Saddam Hussein.
Poco se sabe, en cambio, sobre las bajas del lado del Ejército y de las milicias y fuerzas de seguridad locales que pelean para repeler a los grupos insurgentes sunnitas.
También hay un silencio casi total sobre lo que sucede dentro de las ciudades y pueblos controlados por el EI y el resto de los grupos tribales sunnitas que se levantaron contra el gobierno chiita de Nuri Al Maliki en Bagdad.
En una noticia que aún no fue verificada por el Vaticano, la agencia de noticias Iraq Press informó hoy que el EI atacó una iglesia en la ciudad de Mosul y tomó como rehenes a dos sacerdotes y a una monja, según aseguraron testigos.
La agencia de noticias DPA recordó que varios medios iraquíes mostraron fotos ayer de varias mezquitas y sepulcros de chiitas destruidos en el norte del país.
El caso se parece al secuestro de tres monjas en medio de la guerra civil siria el año pasado. Después de casi tres meses de cautiverio, los islamistas, que por entonces se conocían como el EIIL, las liberaron en Líbano. Los detalles del acuerdo nunca se hicieron públicos.
Como si la situación del país no fuera lo suficientemente explosiva, el influyente clérigo radical chií Muqtada Al Sadr le pidió hoy públicamente al primer ministro Al Maliki que presente otro candidato para liderar al próximo gobierno de unidad nacional.
La fuerza política de Al Maliki ganó la primera minoría en las últimas negociaciones, pero hasta ahora no ha logrado ganar aliados para formar gobierno.
La negativa de Al Sadr de apoyarlo, lo aleja aún más de sus aspiraciones de poder y sume al país en una crisis política aún mayor, en un momento en el que la espiral de violencia que se vive en el norte y oeste del país amenaza con fragmentar definitivamente el territorio nacional.
Fuente: Télam