Ambas no se pusieron de acuerdo sobre el lugar al que asistir, lo que terminó derivando en una fuerte discusión.
Al término de la misma, según recoge el diario digital Bikya Masr, la mujer de mayor edad le envió un mensaje de texto a su amiga con un insulto y ella decidió acudir a denunciar lo sucedido ante un juez, al que mostró su teléfono móvil aunque reconoció que le había insultado en broma.
Ya en el año 2001 se produjo un suceso de características similares, donde una mujer iraní fue condenada a la misma pena.
La bloguera iraní, Someyeh Tohidloo fue encarcelada tras haber insultado en su blog al presidente Mahumd Ahmadineyad, en plena campaña electoral.
La mujer quedó libre tras pagar una fianza de 200 000 dólares pero tuvo que someterse a la pena de 50 latigazos.