Las tres penas se cumplirán al mismo tiempo, precisó la corte en la sentencia, publicada más tarde en su página de Weibo (el Twitter chino).
El texto también aclaró que el ex miembro del Politburó chino perderá sus derechos políticos por el resto de su vida y también todas sus propiedades personales, que según la corte ascienden a un valor de unos 3,3 millones de dólares y fueron confiscadas.
Se espera que Bo apele la sentencia, para lo que tiene un plazo de diez días según la legislación china.
En la audiencia de hoy, el tribunal rechazó sistemáticamente los argumentos de la defensa, que alegaba que Bo había confesado originalmente sus delitos bajo presión y que el testimonio de su esposa, Gu Kailai, era inaceptable porque ella padece, según denunció el abogado defensor, un desequilibrio mental.
Durante el juicio, Gu se convirtió en un testigo clave, al afirmar que Bo "tenía que saber" que la familia había recibido sustanciosas cantidades, en efectivo o en inmuebles, de dos empresarios.
Con la sentencia contra Bo termina el mayor escándalo político de los últimos tiempos en China, que estalló el año pasado.
Entre estos regalos se destacaba un chalet en la costa mediterránea francesa.
Por su parte, Bo culpó a su mujer de estar "loca" y aseguró que ella mantuvo una relación amorosa con Wang Lijun, su antiguo número dos, ex jefe de Policía de Chongqing y otro de los testigos que declaró en su contra durante el juicio.
Con la sentencia contra Bo termina el mayor escándalo político de los últimos tiempos en China, que estalló el año pasado cuando Wang trató, sin éxito, de pedir asilo político en un consulado estadounidense.
Allí, denunció que Gu, la esposa de Bo, había matado meses antes al empresario británico Neil Heywood, cuya muerte se había atribuido oficialmente a un exceso de alcohol.
Gu fue denunciada, enfrentó un juicio en agosto del año pasado y fue condenada a pena de muerte suspendida, lo que en la práctica equivale a una cadena perpetua.
Wang, por su parte, también fue condenado a quince años de cárcel.
Fuente: Télam