Las cárceles de Honduras son consideradas por las autoridades y organismos de derechos humanos "bombas de tiempo" y "universidades del crimen", desde las que operan temibles bandas o pandillas, algunas de ellas ligadas al narcotráfico y el crimen organizado.
Entre la población penitenciaria, principalmente en las cárceles de Tegucigalpa y San Pedro Sula, las dos ciudades más importantes del país, las más temibles son las pandillas "M-13", conocida como "Mara Salvatrucha", y la "M-18".
Ambas "maras", según la Policía Nacional, dirigen sus crímenes desde la prisión utilizando teléfonos móviles, aparatos que ya superan en número los 8,5 millones de habitantes que tiene Honduras.
Fuente: Télam