Los encierros de Pamplona son una tradición que se remonta al siglo XIX, cuando los toros eran llevados a pie hasta la plaza de toros, antes de la corrida.
Los animales recorren las callejuelas del casco antiguo de la ciudad a toda velocidad, hasta el coso, en 3 minutos y 55 segundos de media, rodeados por entre 2.000 y 3.500 corredores.
De estos, entre 200 y 300 resultan heridos cada año, un 3% de gravedad.
Los encierros también pueden ser mortales. Desde 1911, han causado 15 muertos. El último fue en 2009, un español de 27 años, que sufrió una cornada en el cuello. (26 Noticias)