La reunión de hoy en Ginebra de diplomáticos estadounidenses y rusos fue la segunda en las últimas tres semanas para discutir la lista de participantes en la conferencia de paz sobre Siria, que Washington y Moscu pretenden realizar en esa misma ciudad suiza.
La secretaria de Estado adjunta para Asuntos Políticos de Estados Unidos, Wendy Sherman, los viceministros de la Cancillería rusa, Mikhail Bogdanov y Gennady Gatilov; y el enviado especial para Siria de la ONU, Lakhdar Brahimi, participaron del encuentro, que terminó casi con los mismos temas sin resolver que en el primero.
Ante la imposibilidad de poder resolver en el Consejo de Seguridad el conflicto sirio, que además de los miles de muertos provocó el desplazamiento interno de más de 4 millones de personas y que 1,6 millones adicionales hayan huido a los países vecinos para convertirse en refugiados, una conferencia de paz parece ser la única vía para alcanzar una solución política al asunto.
Sin emabrgo, Brahimi llegó al encuentro con dudas sobre si la conferencia pudiese siquiera celebrarse este mes, como se esperaba, después de su primer aplazamiento el mes pasado.
"Francamente, ahora dudo de que la conferencia pueda tener lugar en julio", comentó minutos antes de comenzar la reunión, según informó la agencia de noticias EFE.
"Francamente, ahora dudo de que la conferencia pueda tener lugar en julio"Lakhdar Brahimi
Una de las cuestiones que impidió concretar la realización de la conferencia de paz sobre Damasco tiene que ver con las representaciones que enviarán el gobierno sirio y la oposición.
Mientras que Siria ya adelantó que enviará una delegación encabezada por su ministro de Relaciones Exteriores, la oposición -fragmentada y con una parte dentro y otra fuera del país- tiene mayores dificultades para formar un grupo representativo.
"Para nosotros lo más importante es que la delegación de la oposición sea representativa y esté compuesta por todos los mayores grupos de la oposición", enfatizó Gatilov.
La representatividad de la oposición es uno de los aspectos más difíciles de garantizar, luego de que importantes grupos rebeldes adveirtieran que no asistirán a la conferencia de paz mientras Al Assad no entregue el poder, instancia que fue descartada totalmente por los portavoces del gobierno sirio.
En ese sentido, el líder del opositor Ejército Libre Sirio (ELS), general Salim Idris, condicionó hoy su presencia no sólo a la renuncia de Al Assad, sino a seguir recibiendo armas desde exterior, aunque sin especificar qué país los provee.
Asimismo, afirmó que el ejército de Al Assad corre con ventaja porque cuenta con el apoyo de Irán y de la milicia chiita libanesa Hezbollah.
Otro asunto aún sin resolver es si Irán, considerado aliado de Damasco, debe participar de la cumbre, una posición que defiende Rusia, pero que rechaza Estados Unidos por considerar que su participación legitimaría a un país que considera enemigo por su programa nuclear y su potencial alcance.
Naciones Unidas, por su parte, dijo en un comunicado al concluir el encuentro que "la ONU, Rusia y Estados Unidos celebrarán más consultas posteriormente para convenir en una fecha para la conferencia (de paz) y completar la lista de participantes".
El siguiente paso depende ahora del secretario de Estado nortemaericano, John Kerry, y del canciller ruso, Sergei Lavrov, quienes intentarán avanzar en la convocatoria a la conferencia de paz cuando se encuentren la próxima semana en Rusia, en el marco de una cumbre internacional.
Fuente: Télam