Asimismo, "se ordena la evacuación de todas las personas que habitan en el filo costanero del país y de la provincia de Galápagos a efecto de tutelar las vidas humanas", agregó Correa al leer el decreto en una rueda de prensa.
"Si no pasa nada, qué bueno, pero no podemos arriesgar media vida humana", afirmó el gobernante, quien pidió "encarecidamente la cooperación" de los pobladores y advirtió que no aceptará "negligencias ni necedades".
"Tenemos aproximadamente en el filo costero unas 300.000 personas habitando", detalló por su parte la secretaria (ministra) de Riesgos (Defensa Civil), María Cornejo.
Inicialmente, el gobierno ecuatoriano decretó la alerta general de tsunami para la costa del Pacífico, pero sin ordenar evacuaciones.
"Tienen que ir a tierras altas, hay sectores muy vulnerables como Esmeraldas, pero también la península de Santa Elena. En Galápagos y todo el perfil costanero tienen que ir a tierras altas", remarcó Correa y expresó su solidaridad con Japón por el sismo que deja unos 337 muertos y 531 desaparecidos.
El mandatario canceló un gabinete ministerial que tenía previsto y se trasladará a un lugar cercano a las riberas del Pacífico para monitorear la situación, que definió como de "grave emergencia nacional".
Las primeras olas del fenómeno llegarían a Galápagos hacia las 17H30 locales (22H30 GMT) y a la costa continental dos horas después, según el director del Instituto Oceanográfico de la Armada de Ecuador (INOCAR), Jorge Cárdenas.
Cornejo pidió a los pobladores ubicarse en alturas no menores a 50 metros, y ordenó que los buques anclados cerca de la costa se alejen hacia zonas seguras y las embarcaciones pesqueras menores regresen a puerto.
Asimismo, se suspendieron durante todo este viernes los vuelos hacia las localidades costeras de Galápagos, Salinas, Esmeraldas, San Vicente y Manta (suroeste), constataron periodistas de la AFP.
Según Cornejo, también se ha ordenado la evacuación de "los hospitales del filo costero". (26 Noticias)