Todo el proceso legislativo pareció seguir el guión de una película de suspenso de Hollywood. Otra vez, la oposición republicana llevó el presupuesto del 2014 hasta el extremo y amenazó con dejar sin fondos al gobierno de Obama.
El líder de la mayoría demócrata de la Cámara Alta, Harry Reid, abrió la tensa sesión ayer al mediodía sin indirectas o eufemismos: "Recuerdo a todo el mundo que, a las doce de esta noche, el gobierno de Estados Unidos se queda sin dinero".
En realidad el presupuesto ya había vencido hacía 48 horas pero junto con el presupuesto, la cámara baja había aprobado una "resolución de continuidad" para extender los fondos actuales dos días más.
El resultado de la sesión de ayer en el Senado era tan incierto que en un momento de la jornada Reid hizo aprobar otra "resolución de continuidad" para extender los fondos hasta el próximo miércoles, según el diario The Washington Post.
Pese a que la aprobación del presupuesto representa una victoria para Obama, es un victoria moderada
Durante toda la jornada la sesión pareció estar estancada por la intransigencia de un pequeño grupo de senadores republicanos liderados por Ted Cruz, el legislador por el estado de Texas que se identifica como uno de los líderes del movimiento ultraconservador y racista, Tea Party.
Este grupo de republicanos, que representan el ala de derecha del partido, intentaron por todos los medios bloquear el debate presupuestario interponiendo votaciones y reclamos sobre sobre la política de inmigración de Obama.
Los demócratas controlan la mayoría del Senado hasta que asuma el nuevo Congreso el primero de enero, pero no tienen los 60 votos necesarios para dar por terminado el debate en el recinto y pasar a la votación de un proyecto de ley.
Sin embargo, fueron las constantes interrupciones y los obstáculos interpuestos por el grupo liderado por Cruz, los que terminaron acercando a los republicanos más moderados a la posición del oficialismo y los que permitieron la aprobación del presupuesto 2015.
A diferencia de lo que sucedió el año pasado, cuando la férrea oposición de la bancada republicana en la Cámara de Representantes imposibilitó aprobar un presupuesto y extendió la crisis hasta febrero del año siguiente, el oficialismo estaba determinado a resolver la cuestión en diciembre, antes de que la cámara alta pase también a manos de la oposición republicana.
En noviembre pasado, los republicanos arrasaron en las elecciones legislativas de medio mandato y se quedaron con el control de las dos cámaras del próximo Congreso.
Tanto el ala de izquierda del Partido Demócrata como el propio presidente no están del todo de acuerdo con el presupuesto que finalmente aprobó la Cámara de Representantes
De hecho, parte del frenesí mostrado por Reid ayer se debió a que una vez aprobado el presupuesto, la prioridad número uno de la Casa Blanca, el Senado podía dedicar sus últimos días antes del receso por las fiestas a confirmar a una larga lista de embajadores y funcionarios, entre ellos, cargos importantes como el secretario de Defensa y el de Justicia, antes que los republicanos asuman el control de la cámara y puedan bloquear esas designaciones.
Pese a que la aprobación del presupuesto representa una victoria para Obama, es un victoria moderada.
Tanto el ala de izquierda del Partido Demócrata como el propio presidente no están del todo de acuerdo con el presupuesto que finalmente aprobó la Cámara de Representantes, por ejemplo, con la eliminación de restricciones a la financiación de campañas electorales y las enmiendas a la ley "Dodd-Frank", que fija regulaciones más estrictas para Wall Street tras la crisis de 2008.
Sin embargo, se espera que Obama lo promulgue y lo haga rápido.
Fuente: Télam