En declaraciones en su audiencia general, una de las últimas apariciones públicas antes de su dimisión el 28 de febrero, el pontífice dijo que era consciente de la gravedad de su decisión pero también de la disminución de su fuerza física y espiritual.
El Papa aseguró que estaba seguro de que la Iglesia lo ayudaría a través de la oración y que Cristo continuaría guiándolo.
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Fuente: infobae.com