Luego de ser recibido con una ovación por los casi mil asistentes, entre ellos diputados, senadores, el primer ministro Silvio Berlusconi y el presidente Carlo Azeglio Ciampi, el Papa pronunció un discurso inusualmente largo, que duró 46 minutos y fue interrumpido 21 veces por los aplausos.
El Sumo Pontífice, de 82 años y enfermo de Parkinson, mostró un mejorado estado de salud, a tal punto que caminó hasta el estrado desde donde habló sin más ayuda que la de un bastón, y durante su largo discurso se expresó con voz más clara que en intervenciones anteriores. (Télam-SNI)