La correspondencia interna de obispos en Wisconsin directamente al cardenal Joseph Ratzinger, el por entonces futuro Papa, muestra que mientras los responsables eclesiásticos discutieron sobre la expulsión del cura, la prioridad mayor fue proteger a la Iglesia del escándalo, asegura el diario en su página web.
El Vaticano se justificó que cuando supo del caso habían pasado 20 años y el religioso estaba muy enfermo. El portavoz de la Santa Sede, Federico Lombardi, ha declarado: "Visto que el Padre Murphy era anciano, su salud era precaria, vivía en aislamiento y no se habían producido nuevas acusaciones en los últimos 20 años, la Congregación para la Doctrina de la Fe tomó en consideración la restricción al Padre Murphy de su ministerio y pidió aceptase la responsabilidad de sus graves actos".
La realidad es que algunos delitos sí prevén ese tipo de correctivo: la revelación del secreto del sumario, por ejemplo, está penada por el código canónico con la excomunión automática.
Fuente: infobae.com