Brasil y Turquía fueron los gestores de la Declaración de Teherán, firmada el 17 de mayo, en la que Irán se compromete a enviar a territorio turco 1.200 kilos de uranio enriquecido al 3,5% y recibiría de vuelta el producto enriquecido al 20% para ser usado con fines médicos.
El proceso fue supervisado por autoridades de los tres países y el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA).
Hillary Clinton aseguró que su gobierno tiene una discrepancia "muy grave" con Brasil sobre su manera de enfocar el programa nuclear iraní y de detenerlo.
La secretaria de Estado norteamericano dijo que el trueque de combustible nuclear propuesto conjuntamente por Brasil y Turquía sólo sirve para que Teherán gane tiempo, y socava la capacidad de la comunidad internacional para presentar un frente unido contra Irán.
La posición de Washington, rechazada por Brasil, es que Irán sólo aceptará negociar una vez que el Consejo de Seguridad le imponga sanciones nuevas y más duras.
Fuente: Infobae