Brahimi, un veterano diplomático argelino, fue nombrado enviado para Siria en agosto. Su antecesor, Kofi Annan, renunció a la misión debido a las diferencias en el seno del Consejo de Seguridad y el fracaso en conseguir un alto el fuego en el país árabe.
"Hace falta iniciar un proceso político que lleve a un amplio cambio que responda a las aspiraciones del pueblo sirio", declaró Brahimi.
Sin embargo, el ministro ruso de Exteriores, Serguei Lavrov, rechazó hoy la renuncia del presidente sirio, Bashar al Assad, como una condición previa para que se abra un diálogo entre el gobierno y los rebeldes en Siria.
"Esa condición es inaceptable para Moscú. (Los rebeldes) quieren primero la cabeza de Al Assad antes de comenzar cualquier diálogo. No apoyamos esa posición", señaló Lavrov en una rueda de prensa en Ammán, donde se halla de visita oficial, justo a su homólogo jordano, Naser Yudeh.
El ministro ruso enfatizó en que "debería darse prioridad a frenar la violencia, porque más lucha significará la muerte de más personas. Estamos intentándolo con todas las partes y con el Gobierno sirio y la oposición."
Precisamente y después de los dos atentados perpetrados ayer en donde al menos 61 personas resultaron muertas, otro coche bomba explotó hoy en la zona de Sayeda Zeinab, cerca de Damasco.
El coordinador general de la opositora red Sham, Yafar al Jeir, precisó a la agencia EFE que el coche bomba estalló cerca de la mezquita de Uis, lo que causó la destrucción de una decena de edificios aunque no se registraron víctimas.
Según Al Jeir, rebeldes del Ejército Libre Sirio (ELS) dispararon contra el vehículo para que estallara, porque "sabían que pertenecía a milicianos del régimen y estaba cargado de explosivos".
El conflicto que se vive en Siria desde marzo de 2011 causó ya unos 27.000 muertos, mientras que 2,5 millones de personas necesitan ayuda humanitaria y más de 250.000 se refugiaron en los países vecinos, según cifras de Naciones Unidas.
Fuente: Télam