Las FARC anunciaron ayer en La Habana, en el cierre del último ciclo del año de las negociaciones de paz, el cese el fuego unilateral indefinido "que debe transformarse en armisticio", y advirtieron que "se daría por terminado" solamente en caso de que se constate que las "estructuras guerrilleras han sido objeto de ataques por parte de la fuerza pública".
Igualmente, pidieron contar con la veeduría de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y la ONG Frente Amplio por la Paz.
Por tercera ocasión desde que comenzaron las conversaciones de paz en noviembre de 2012, las FARC declararon un alto el fuego unilateral y por primera vez indefinido ya que en ocasiones anteriores respondían a una pausa por las fiestas navideñas.
En el comunicado divulgado hoy, el gobierno de Juan Manuel Santos manifestó la postura frente al cese unilateral y dejó "muy claro", que "continuará cumpliendo con su indeclinable deber constitucional de garantizar y proteger los derechos de los colombianos".
Las FARC insisten en la necesidad de declarar un cese del fuego bilateral durante las negociaciones, algo rechazado por el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, con el argumento de que la guerrilla puede aprovechar esta circunstancia para sacar ventaja militar, como ocurrió en procesos anteriores.
"El país no puede ni quiere repetir experiencias del pasado, en las que anuncios de cese del fuego solo fueron cumplidos parcialmente. Toda actividad armada y toda amenaza contra la población civil debe cesar", señaló el comunicado de hoy.
Y agregó que "valora en toda su dimensión" la decisión del cese del fuego unilateral, que consideró "que va en la dirección correcta" y dijo que "evaluará el cumplimiento de esta decisión por parte de las FARC".
"Este es un buen inicio para un proceso de desescalamiento de las hostilidades en el territorio nacional que desemboque, si llegamos a un acuerdo final para la terminación del conflicto, en un cese al fuego y de hostilidades bilateral y definitivo con su debida verificación, en concordancia con la agenda del Acuerdo General de 2012", manifestó.
Al mismo tiempo, recomendó que este primer paso "se le deben sumar, a la mayor brevedad posible, las medidas de desescalamiento que se han venido discutiendo en La Habana".
La respuesta del gobierno al anuncio de las FARC fue acompañada por declaraciones de otros sectores. El secretario general de la Conferencia Episcopal de Colombia, monseñor José Daniel Falla, dijo hoy que el cese "debe darse sin condiciones" y agregó que el anuncio de debe ir acompañado de otras acciones como las de no secuestrar o no tener cultivos ilícitos".
En esa línea, la Unasur se declaró hoy dispuesta a cooperar en la veeduría del cese unilateral declarado por las FARC. "Listos a cooperar con la veeduría del cese al fuego planteada por las FARC. Iniciaremos consultas con el Consejo Sudamericano de Defensa", escribió el secretario general del organismo, el ex presidente colombiano Ernesto Samper en su cuenta de Twitter, y agregó que "la verificación debe incluir las víctimas, la sociedad civil y los voceros políticos para que el cese pueda llegar a ser permanente".
En Colombia, el ex presidente y senador del partido Centro Democrático Álvaro Uribe señaló que las FARC quieren que las Fuerzas Armadas "estén quietas para fortalecerse o responsabilizarlas de la continuidad de la violencia" porque la guerrilla condiciona la duración del alto el fuego a que no haya acciones en su contra.
Uribe, acérrimo crítico de los diálogos de paz entre el gobierno y las FARC agregó en otro mensaje en su cuenta de Twitter que "el cese de hoy revive aquel de los años 80 (cuando hubo otro intento de negociar la paz), un chantaje para que no los atacaran y fortalecerse".
Por su parte, el presidente de la Comisión de Paz del Senado, Roy Barreras, también presidente del Partido de la U, al que pertenece Santos, señaló que el anuncio "despeja dudas y permite ser mucho más optimista frente a la firma de la paz definitiva en el primer semestre del 2015".
Sin embargo, alertó de que "los enemigos ocultos de la paz" intentarán desvirtuarlo y "van a querer decir que ésta es de nuevo una promesa incumplida para intentar desanimar a los colombianos frente a la paz".
Piedad Córdoba, ex senadora y líder del movimiento Colombianos y Colombianas por la Paz, quién encabeza la última delegación de víctimas en la mesa de negociaciones en La Habana, opinó que "se podrán tener dudas de la paz, pero no se puede desconocer que el cese al fuego unilateral e indefinido es un gran avance".
Entre tanto, el procurador general de Colombia, Alejandro Ordóñez, otro crítico del proceso, calificó el anuncio de las FARC como "una burla más al país".
En un comunicado, señaló que no se trata del abandono de la violencia que reclama el país y la comunidad internacional "sino de una hábil forma de engañar" y según él, el anuncio ni es "histórico" ni es "indefinido" puesto que lo que están buscando en el fondo es un cese bilateral al fuego lo que representa una condicionalidad frente a las operaciones militares.
Fuente: Télam
