Si el proyecto prospera, sería el primer barrio de colonización judía creado en Jerusalén este desde hace 15 años.
Desde Nueva York, la ONU criticó las construcciones de asentamientos y advirtió que la paz en la región está más lejos que nunca en las últimas dos décadas.
"Las dos partes están más polarizadas que nunca y la solución de dos Estados nunca ha estado tan lejos desde el inicio del proceso de Oslo", dijo el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.
El negociador palestino Mohamad Shtayeh dijo por su parte que "la intensificación de la colonización y el conjunto de las prácticas israelíes de asesinatos y arrestos nos empujan a acelerar nuestro recurso ante la Corte Penal Internacional (CPI)".
La medida fue criticada también por el grupo israelí Peace Now, que alega que el proyecto, al que se oponen los palestinos, cortará la conexión de Belén, en el sur de Cisjordania, con Jerusalén este.
"El gobierno de (el primer ministro, Benjamin) Netanyahu está arruinando con sus propias manos la oportunidad de una solución de dos Estados para dos pueblos", dijo su portavoz Hagit Ofran a la agencia de noticias DPA.
Este nuevo proyecto se conoce el mismo día que el Ministerio de Vivienda israelí publicó licitaciones para construir 1.048 nuevas viviendas en distintas colonias de Cisjordania.
Además, la comisión de planificación del distrito de Jerusalén tiene previsto reunirse mañana para examinar la construcción de 1.100 viviendas adicionales en el barrio de colonización de Gilo, también situado en Jerusalén este.
La aprobación de nuevas viviendas en Givat Hamatos se suma a la construcción de 1.500 viviendas en el de Ramat Shlomo, en el norte de Jerusalén, anunciado el lunes pasado, un proyecto que Estados Unidos, aliado de Israel, ya había condenado en 2010.
Este se suma además al de las más de 3.000 que las autoridades hebreas quieren contruir en la controvertida área E1, entre Jerusalén y el asentamiento de Maaleh Adumim, aunciado un día después de que Palestina fuera reconocida como Estado observador no miembro de la ONU por parte de la Asamblea General.
En este contexto, el premier israelí, Benjamin Netanyahu, en plena campaña electoral, reiteró hoy que Jerusalén fue la capital de los judíos durante 3.000 años y que Israel continuará construyendo en esa ciudad.
"Es algo natural y les pido que se imaginen cómo sería si ustedes se vieran limitados al construir en sus capitales", dijo el premier en una reunión con diplomáticos extranjeros, citado por DPA
La comunidad internacional no reconoce la anexión de Jerusalén Este de 1967 por el Estado hebreo.
Los palestinos reclaman Jerusalén este como la capital de su futuro Estado y acusan a Israel de hacerlo inviable, porque además Israel exige que sus asentamientos en torno a Jerusalén caigan bajo su soberanía en un futuro acuerdo de paz.
La ONU, además de pedir que Israel ponga fin a los asentamientos en las zonas ocupadas, pidió a las autoridades hebreas que liberen el dinero confiscado a Palestina, dijo el vicesecretario general de cuestiones políticas, Jeffrey Feltman, ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, en Nueva York.
"Las autoridades de Ramallah ya no pueden seguir pagando salarios y los profesores y otros ya se están manifestando. Por ello llamamos a Israel a considerar sus decisiones y transferir ese dinero", señaló.
Israel retuvo ya 460 millones de shekel (unos 92 millones de euros) de los impuestos que recauda en nombre de los palestinos, alegando deudas.
Esta retención de dinero clave para la estabilidad de Palestina, junto con la construcción de asentamientos, fue otra de las medidas de represalia de Israel por el reconocimiento de Palestina como Estado observador en la ONU, el 29 de noviembre pasado.
Fuente: Télam