A lo largo de febrero hubo en las aldeas fronterizas del Líbano al menos dos incidentes graves de los que participaron alzados contra el gobierno de Damasco y además hubo incursiones de irregulares desde el Líbano hacia Siria.
"Los rebeldes sirios emprendieron una campaña militar para expulsar a los libaneses chiítas de las aldeas fronterizas", afirmó Nasralah por la TV, y esa población "se defiende de los ataques de los rebeldes". Agregó que "tienen derecho de defenderse y combatir a los que los atacan".
Finalmente, el clérigo y líder político aclaró que su partido "no quiere la división de Siria", y convocó "a los ciudadanos para que detengan el derramamiento de sangre".
Uno de los incidentes se produjo cuando unidades del ejército libanés intervinieron en Arsal, un pueblo que los enemigos armados de Bashar al Assad usaban de santuario, para detener al responsable de la situación, y el otro cuando efectivos del Ejército Libre de Siria atacaron posiciones en aldeas libanesas.
En el primer incidente murieron por lo menos seis personas, cuatro de ellas soldados de Líbano. En el segundo no hubo víctimas fatales que lamentar.
Por lo demás, la agencia oficial siria SANA reportó en febrero dos encuentros con incursores rebeldes desde territorio libanés. El último se produjo hoy, en la región de Adlin Halat, cerca de Homs, y la información del gobierno sirio indica que los infiltrados que no fueron muertos o heridos retornaron al Líbano.
En otro indicio del riesgo de ampliación del conflicto sirio, fuentes militares israelíes no identificadas reportaron hoy que seis de siete sirios heridos que se habían acercado a la línea sirio-israelí de cese de fuego habían retornado hoy a Siria después de recibir cuidados médicos en Israel, mientras que el séptimo aún se estaba recobrando en un hospital israelí.
Fuente: Télam