"Veo en este encuentro un claro signo de esperanza", remarcó en español, durante el Angelus dominical.
"Invito a todos, en particular a los amados pueblos venezolano y colombiano, a rezar para que, con un espíritu de solidaridad y fraternidad, se puedan superar las actuales dificultades", agregó.
Colombia y Venezuela atraviesan un serio conflicto diplomático desde que el 19 de agosto pasado, tras un incidente armado que dejó cuatro heridos en una ciudad limítrofe, Caracas cerrara la frontera.
Dos días después, el presidente Nicolás Maduro decretó el estado de excepción -que suspende las garantías constitucionales- en la región limítrofe y Venezuela deportó a cerca de 1.400 colombianos. En ese proceso hubo denuncias de violación de derechos humanos por parte de Colombia.
Paralelamente, al menos otros 10.000 colombianos regresaron voluntariamente a su país por temor a represalias, lo que generó problemas humanitarios para atenderlos, según el gobierno de Colombia y organismos internacionales.
En ese contexto fracasó una reunión de altos funcionarios de ambos países, encabezados por las cancilleres colombiana María Ángela Holguín y venezolana Delcy Rodríguez, al no cumplirse los dos acuerdos anunciados en ella.
Tampoco fue posible reunir para analizar la situación a los cancilleres de los 34 países de la Organización de Estados Americanos (OEA), como quería Colombia, pues no obtuvo los votos necesarios en el seno del Consejo Permanente de esa organización, ni a los de los 12 países de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), como prefería Venezuela, por problemas de agenda.
Fuente: Télam