La ciudad, un foco turístico conocido por su convento y su iglesia y porque algunos de sus 5.000 habitantes siguen hablando arameo, la lengua de Jesucristo, había sido tomada por los insurgentes, principalmente milicias brigadas islamistas, el año pasado.
Sin embargo, el Ejército, respaldado por la milicia chiita libanesa Hezbollah, recuperó el control de la ciudad el 14 de abril, en medio de una masiva ofensiva militar en la región fronteriza con Líbano, en el oeste del país.
"Nadie, sea cual sea el grado de su terrorismo, puede borrar nuestra historia humana y civilizadora. Malula resistirá frente al salvajismo y la oscuridad de aquellos que atacan la patria", aseguró el mandatario en el convento de Santa Tecla.
En diciembre pasado, un grupo insurgente islamista secuestró de este convento a trece monjas, un caso que tuvo repercusión mundial y que involucró a las jerarquías religiosas.
Tras arduas negociaciones, las monjas fueron liberadas en Líbano el 9 de marzo pasado. Aún no está claro si hubo un intercambio de algún tipo.
Mientras el gobierno de Al Assad parece estar avanzando militarmente sobre algunas zonas controladas por la insurgencia, especialmente en la región fronteriza con Líbano, la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) anunció que Damasco también está cumpliendo con su compromiso internacional de destruir su arsenal químico.
"La misión conjunta OPAQ-ONU en Siria confirmó ayer que aproximadamente el 80% de las armas químicas y material de Siria fue retirado o destruido en el país", informó hoy la organización en un comunicado, citado por EFE.
"Este desarrollo contribuirá a cumplir el objetivo fijado por el Consejo Ejecutivo de la OPAQ de completar la destrucción de todo el programa de armas químicas de Siria para el 30 de junio", agregó el texto.
El año pasado Damasco aceptó destruir todo su arsenal químico para impedir un inminente ataque militar, liderado por Estados Unidos, en represalía a un ataque químico contra una población de las afueras de la capital siria, que según las potencias occidentales, había sido lanzado por el Ejército sirio.
El acuerdo entre Siria, Rusia y Estados Unidos permitió evitar una ataque internacional contra Damasco, pero no afectó en nada a la guerra civil en ese país árabe, que ya dejó más de 150.000 muertos y más de 6,5 millones de refugiados y desplazados.
Fuente: Télam