El actual mandatario interino Raúl Castro, de 76 años y hermano menor del histórico líder de la revolución, aparece como casi seguro sucesor de Fidel, quien depositó en él el cargo al caer enfermo en julio de 2006.
Raúl encarna la expectativa de los "cambios estructurales" que planteó el año pasado al llamar a una abierta discusión para superar los problemas que presenta el régimen y el sistema comunista, más allá de las consecuencias devenidas del bloqueo que Estados Unidos le impuso a la isla.
Por lo pronto, dentro y fuera de la isla se espera una gradual apertura económica para permitir el ingreso de capitales extranjeros, para lo que, según trascendió en la prensa brasileña, Raúl Castro le habría pedido ayuda al mandatario de Brasil, Luiz Inácio Lula de Silva.
El Parlamento de 614 miembros, presidido por Ricardo Alarcón, deberá elegir mañana a las 31 personas del Consejo de Estado, y la incógnita también se mantiene en torno a quién será el primer vicepresidente, cargo para el que se mencionaba al actual Carlos Lage, y al canciller Felipe Pérez Roque.
El martes, en una de las reflexiones escritas que publica en los medios oficiales desde su convalecencia, Castro anunció que rechazaba cualquier postulación y designación a la presidencia del Consejo de Estado, argumentando falta de fortaleza física para las exigencias del cargo.
El mismo Fidel se reservó para sí el rol de "soldado de las ideas" a través de sus escritos en defensa del sistema que instauró la revolución, y para lo cual mantendrá el cargo de primer secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC), lo que le confiere una gran autoridad sobre el Estado y el Gobierno.
Para reafirmar que más allá de su alejamiento del poder no mucho cambiará en la isla, desalentó el viernes a aquellos que piden reformas en el régimen y admitió "el fin de una etapa" pero aseguró que "Cuba cambió hace rato y seguirá su rumbo dialéctico. No regresará jamás al pasado".
La decisión de Castro de dar un paso al costado fue tapa en todos los diarios del mundo y ni siquiera los candidatos republicanos y demócratas a la presidencia de los Estados Unidos pudieron abstraerse del tema en el medio de sus campañas.
Mientras el republicano John McCain mantuvo el discurso duro contra Cuba que caracteriza a su partido, los demócratas Hillary Clinton y Barack Obama polemizaron sobre las condiciones que de cambio que tendría que mostrar el nuevo gobierno de Cuba para que Washington considere rever el bloqueo que mantiene sobre la isla hace 45 años.
Los tres se hicieron acreedores de un comentario publicado el jueves por Fidel Castro, en el que dice que disfrutó "observando la posición embarazosa" de los candidatos que "se vieron obligados uno por uno a proclamar sus inmediatas exigencias a Cuba para no arriesgar un solo elector".
Esta fue la primera reflexión del "compañero Fidel", publicada tras su anuncio del martes, y hoy escribió otro en el que fustiga a la Organización de Estados Americanos (OEA) y promete "dejar descansar" su pluma por unos días, aunque se supone que pronto habrá una nota de respaldo a quien resulte electo para sucederlo.
Los legisladores decidirán mañana, a partir de las 10 hora local (13 de Argentina), por voto directo y secreto quiénes son de entre ellos los que conducirán el país en los próximos cinco años.
Las propuestas para presidente, vicepresidentes, y demás miembros del Consejo de Estado de un proceso de consultas que la Comisión Nacional de Candidaturas hace con los 614 diputados electos en los comicios del 20 de enero pasado.
El Consejo de Estado es el órgano de la Asamblea Nacional del Poder Popular que la representa entre uno y otro período de sesiones, tiene carácter colegiado y ostenta la suprema representación del Estado cubano.(Telam)