El Gobierno ha llamado a rescatar la cultura fiscal de la isla después de que la revolución de 1959 eliminara prácticamente la política de impuestos, por la casi desaparición de la actividad privada, informó la agencia noticiosa EFE.
En general, se trata de una guía de ruta fiscal, de aplicación gradual, para las transformaciones en curso que el presidente, Raúl Castro, impulsa en la economía cubana, y que han abierto espacios al sector privado en los últimos dos años.
La ley contiene 19 impuestos, tres contribuciones e igual número de tasas, pero no todos esos tributos serán efectivos este año y están sujetos a que cambien las "condiciones económicas" del país, por ejemplo, en el caso del pago sobre los salarios y la propiedad de viviendas.
Para el sector agrario se ha establecido un "régimen especial" con beneficios fiscales que reducen hasta un 50% el nivel impositivo en comparación con otras áreas económicas, para estimular la producción de alimentos, un asunto de "seguridad nacional" para el Estado por sus millonarios gastos anuales en importaciones.
Los usufructuarios de tierras ociosas, que al cierre del año eran más de 170.000 personas -entre campesinos individuales y cooperativas-, quedan exonerados así de pagar por dos años al menos tres tributos obligatorios para los otros trabajadores autónomos.
Con el objetivo de impulsar también el trabajo privado, quienes comiencen en esa modalidad de empleo no pagarán una serie de impuestos relacionados con su actividad por unos 3 meses, y se aplicarán escalas progresivas según ingresos.
Por otra parte, el nuevo sistema tributario parece dar un paso en el complejo camino hacia una unificación de la doble moneda que impera en la isla, al establecer la mayoría de los pagos en pesos cubanos, excluyendo al CUC, el peso convertible con un valor 24 veces superior y equiparable al dólar.
El vicepresidente y coordinador de las actuales reformas económicas, Marino Murillo, ha insistido en que "todo el mundo tiene que pagar impuestos" aunque los cubanos no estén "acostumbrados".
Durante décadas los impuestos eran prácticamente inexistentes y los cubanos vivieron ajenos a la cultura fiscal en un país socialista, donde ahora se ha generado confusión y polémica por los gravámenes y sus perspectivas.
Fuente: Télam