La salvaguardia de la hegemonía de la ultra ortodoxia económica de la Unión Europea (UE) está en juego en los comicios griegos, ya que un eventual triunfo de Syriza supondrá un cuestionamiento directo de las políticas de ajuste en Europa, que dispararon los índices de desempleo y la desigualdad principalmente en Grecia, Portugal y España.
El líder de Syriza, Alexis Tsipras proclama desde hace tiempo que su prioridad es liberar a Grecia de los "grilletes neoliberales" impuestos por los acreedores internacionales para poder imprimir un giro en las políticas europeas y avanzar hacia una Europa social.
"Para nosotros Syriza es una esperanza para el pueblo europeo" y "si gana abre la oportunidad para que en otros países se produzcan victorias similares", aseguró el líder de Podemos, Pablo Iglesias, tras la primera reunión que mantuvieron ambas fuerzas el años pasado, luego de la irrupción del partido español en los comicios al parlamento europeo.
Y cuando supo que el país heleno estaba abocado a un adelanto electoral no dejó escapar la oportunidad de vincular el destino de Grecia al de España, y el de Syriza al de Podemos: "2015 será el año del cambio en España y en Europa. Empezamos en Grecia. Vamos Alexis!! Vamos Syriza!!, escribió Iglesias en su cuenta de Twitter.
Entonces, Iglesias y Tsipras mantenían ya una estrecha relación. El dirigente griego estuvo presente en la elección del español como secretario general de Podemos el pasado 15 de noviembre Madrid. "Es la hora de derrotar los gobiernos de corrupción en Grecia y España", manifestó aquel día Tsipras, quien llamó a poner fin a "la austeridad destructiva" en una Europa gobernada por la corrupción.
A cuatro días de los comicios del 25 de enero en Grecia, Tsipras encabeza los últimos sondeos y acaricia su sueño de la mayoría absoluta al obtener una ventaja de hasta 5 puntos (necesita tres más) respecto a Nueva Democracia, la fuerza de centro derecha del primer ministro griego Antonis Samaras.
En España, Podemos se consolida en primer lugar por delante del Partido Popular (PP) de Mariano Rajoy, y del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) de Pedro Sánchez, y amenaza con romper con el tradicional bipartidismo de España aunque el horizonte son unos comicios que tendrán lugar a fin de año luego de las elecciones municipales y regionales del 25 de mayo.
Grecia y España atraviesan situaciones económicas y políticas similares: están saliendo de la recesión con un leve crecimiento (del 0,6% y el 1,4%, respectivamente en 2014) pero con elevadas tasas de desocupación. Peses a que el desempleo ha caído en el último año, España se mantiene en el 24,4%, la cifra más alta de la UE, sólo superada por Grecia, con un 27%, según datos oficiales europeos.
Pese a las tímidas mejoras macroeconómicas, la precarización laboral y los recortes sociales han hecho mella en la sociedad, incrementando el malestar de los ciudadanos, que las fuerzas políticas alternativas de la izquierda, como Syriza y Podemos, están logrando capitalizar prometiendo un cambio de rumbo que la derecha europea considera "desestabilizador".
Syriza y Podemos se consideran "aliados naturales" en Europa, unidos fundamentalmente por su rechazo a las política neoliberales impuestas en Grecia y España bajo presión de la Troika, como se conoce al trinomio formado por la Comisión Europea, Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Tanto el partido de Tripsas como la fuerza de Iglesias defienden un programa de "recuperación soberana" que pasa en primer lugar por una reestructuración de la deuda -con una quita para poder pagarla- y la implementación de un "rescate ciudadano" para corregir el desastre provocado por años de ajuste. Para crear empleo, proponen recuperar la industria y la inversión pública y dar marcha atrás a las privatizaciones.
"Prometer cosas que son imposibles es algo que no tiene ningún sentido y además genera una enorme frustración y muchos problemas", afirmó Rajoy en su visita a Grecia, agitando el "fantasma del miedo" frente a Syriza, en la línea de la campaña de su socio conservador Samaras. 
"Estamos saliendo de la crisis, necesitamos estabilidad y certidumbre", añadió.

Desde el inicio de la campaña, a pesar de que Tsipras insiste en que si vence Grecia negociará con los acreedores pero no abandonará el euro, desde Bruselas y Berlín se envían mensajes que buscan generar temor entre los griegos augurando una retirada masiva de depósitos, la quiebra del país, y su salida de la zona euro.
"Si Syriza gana las elecciones (...) Grecia declara el impago de su deuda. Los turistas dejan de venir. Se dejan de pagar las pensiones. Se acaba la gasolina. También las medicinas", relata el último spot televisivo de la campaña de Samaras en tono dramático.
Sin embargo, los griegos parecen inmunes a toda la campaña del miedo, que Rajoy contribuyó a alimentar y Pablo Iglesias intentará contrarrestar mañana junto a Tsipras.
"En Grecia lo que está en juego es la democracia y una salida soberana de la crisis", aseguraba esta semana en un debate televisivo el "número dos" de Podemos, Inigo Errejón, tras criticar la campaña mediática de miedo que llama "opciones responsables" a quienes "han falseado las cuentas y ya han llevado a Grecia al caos y la pobreza".
Fuente: Télam