La medida contempla el cierre de la embajada siria en la capital estadounidense y de los consulados sirios en Troy, en Michigan, y en Houston, Texas, y a retirar su estatus a los diplomáticos que residen en el país.
"Aquellos que no sean ciudadanos estadounidenses o tengan residencia legal permanente deberán abandonar Estados Unidos", indicó el comunicado de Rubinstein, que asumió el cargo ayer.
"Hemos determinado que es inaceptable que individuos elegidos por el régimen lleven a cabo operaciones diplomáticas o consulares en Estados Unidos", agregó el texto, citado por la agencia DPA.
Rubinstein recordó que la medida se produce la misma semana que se cumplen tres años del inicio de la revuelta en Siria contra el gobierno del presidente Bashar Al Assad, en la que ya murieron más de 100.000 personas y millones de refugiados y desplazados.
El enviado especial norteaermicano para Siria, que sustituye en el cargo a Robert Ford, dijo que Al Assad dirige una guerra contra su propio pueblo y que ha "originado una catástrofe humanitaria con el objetivo de mantener el poder y proteger sus intereses".
"Pese a las diferencias entre los dos gobiernos, Estados Unidos continúa manteniendo relaciones diplomáticas con el Estado sirio como expresión de los lazos con el pueblo sirio, un interés que persistirá tras la salida de Bashar al Assad del poder", indicó el diplomático.
Rubinstein trabaja como representante ante Siria desde Washington, ya que Estados Unidos no tiene embajada en Damasco desde febrero de 2012.
Por su parte, la portavoz del Departamento de Estado, Jen Psaki, dijo que "éste era un paso necesario que debíamos dar".
Los diplomáticos y sus familias tendrán como plazo hasta el 31 de marzo para partir, mientras que los empleados administrativos deberán cerrar sus misiones e irse del país antes del 30 de abril, dijo Psaki.
Fuente: Télam