La decisión se adoptó dos días después de que varios comandantes rebeldes asegurasen haber retirado su apoyo a su líder, Riek Machar, adversario de Kiir, reportó -por su parte- la agencia DPA.
Los comandantes disidentes aseguraron que perdieron su confianza en Machar y que éste no es capaz de mantener unido al movimiento rebelde.
Tras ello, el gobierno de Kiir argumentó que no está claro quién es el líder de los rebeldes y, por lo tanto, su interlocutor en las negociaciones.
"Si el presidente viaja a Adís Abeba, debe saber con quién tiene que reunirse y negociar", afirmó el ministro de Gabinete, Martin Elia Lomoro.
Sudán del Sur, que se independizó de Sudán en 2011, se encuentra sumido en un sangriento conflicto étnico desde que en 2013 estalló una lucha de poder entre Kiir y su entonces vicepresidente Machar.
Desde principios de agosto, representantes de ambas partes discuten un nuevo plan de paz propuesto por la Autoridad Intergubernamental sobre el Desarrollo de África Oriental (IGAD), centrado en el futuro reparto de poder en el país.
La IGAD dio de plazo a las partes hasta el 17 de agosto para firmar un acuerdo si no querían enfrentar sanciones como el embargo de armas y cuentas bancarias.
Fuente: Télam