La operación, que falló a 15 días de que la mina colapsó, complica las opciones de encontrar con vida a los trabajadores, quienes quedaron sepultados bajo las rocas a unos 700 metros bajo tierra.
El ministro de Minería chileno, Laurence Golborne, de acuerdo a lo señalado por la agencia DPA, comunicó la situación a los familiares de las víctimas, quienes temen que los mineros no puedan ser sacados jamás de la tierra por una falla geológica en el mineral.
El gobierno se estaría preparando para un escenario de esas características y algunas fuentes admiten la posibilidad de convertir la mina en un santuario en memoria de los trabajadores atrapados.
El presidente chileno, Sebastián Piñera, insistió ayer en que el rescate de los mineros no depende sólo de la obra humana.
"Esto no está solamente en nuestras manos, sino también en las manos de Dios", sostuvo el mandatario.
Luego de este fracaso, la posibilidad de tomar contacto con los mineros podría tardar otra semana y la opción de un rescate se demoraría un año.
El accidente en la mina San José, ocurrido el 5 de agosto, abrió un debate sobre las condiciones de trabajo de los obreros en Chile, lo cual el gobierno y la oposición se comprometieron a revisar.