Contra todos los pronósticos, el magnate neoyorquino parece ser mucho más que la "burbuja veraniega" que pronosticaban los analistas y, día a día, recorriendo de un lado a otro el país, se está convirtiendo en un personaje peligroso incluso para los republicanos.
Es agresivo, habla claro pero con cierta brusquedad, y esa manera de ser parece gustarle a muchos estadounidenses como ocurrió esta semana en el pueblo de Derry, en New Hampshire, en el noreste del país, donde el 94% de la población está constituida por blancos.
Fuente: Télam