En conferencia de prensa conjunta, Merkel reconoció los esfuerzos de recortes de gasto realizados por el gobierno griego y aseguró que el proceso de reformas emprendido por Grecia para contener su deuda pública "dará sus frutos", aunque también insinuó que es necesario seguir por la senda del ajuste.
"El camino no ha llegado a su fin, aunque ya se han dado importantes pasos", señaló la gobernante conservadora, informó la agencia de noticias DPA.
La visita de Merkel a Grecia es la primera desde que el país se sumió en una profunda crisis financiera, en 2009, que lo obligó a tomar dos préstamos por unos 240.000 millones de euros de la Unión Europea (UE) y el FMI a fin de evitar un default potencialmente catastrófico para toda la zona euro y la moneda común europea.
Si bien el dinero pudo evitar la bancarrota estatal, las duras medidas de ajuste exigidas por la UE a cambio de la asistencia profundizaron la recesión en Grecia, que ya está en su quinto año seguido, y dispararon el desempleo y el malestar popular, especialmente con Alemania, el principal prestamista griego.
"He venido hoy aquí con pleno conocimiento de que el período que está atravesando Grecia es extremadamente difícil para los griegos y de que muchas personas están sufriendo", declaró Merkel junto a Samaras.
"Precisamente por esa razón, quiero decir que gran parte del camino ya quedó atrás", agregó.
Consciente de la presión europea, Samaras se mostró convencido de que el país cumplirá con las reformas. "Atenas cumplirá con sus obligaciones", declaró el premier, y aseguró que "Grecia quiere permanecer en el euro y llevará a cabo las reformas para ello".
Sin embargo, la mandataria alemana advirtió que "hacer las cosas bien debe primar sobre las prisas", y destacó la necesidad de esperar el informe de la "troika" de acreedores formada por el FMI, la Comisión Europea y el Banco Central Europeo (BCE).
El mensaje de Merkel coincidió con el de representantes de la UE.
El Comisario de Política Monetaria de la UE, Olli Rehn, dijo en un encuentro en Luxemburgo que de un informe positivo de la troika depende el segundo tramo de ayuda a Grecia por 31.500 millones de euros, que se pagará "como tarde en noviembre".
"Pero antes, Atenas debe implementar paquetes de ahorro y reformas", agregó Rehn, quien, no obstante, dijo que se está debatiendo conceder a Grecia un aplazamiento del cumplimiento de sus objetivos de ahorro, sin dar detalles.
En varias ocasiones, el premier griego dijo que cree que su país no podrá cumplir el objetivo de déficit del 3% antes de 2016, dos años después de lo previsto originalmente, una instancia a la que Alemania se opuso desde el principio al considerar que más tiempo implica más dinero.
Por su parte, el presidente del BCE, Mario Draghi, también admitió los progresos de Grecia "en la reforma de su fuertemente endeudada economía", pero apuntó que el país debe esforzarse más.
"Vemos progresos, pero también que se necesita hacer más trabajo", aseguró durante su comparecencia ante el Parlamento Europeo en Bruselas.
En tanto, el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, fue más allá y recordó que "antes del pago (del segundo tramo) Atenas debe cumplir aún con 89 condiciones", aunque mostró su "gran respeto por los problemas que tiene Grecia".
Mientras, unas 40.000 se manifestaron en las calles de Atenas contra la política de austeridad impuesta desde Bruselas y contra Merkel, a la que consideran parte del problema.
Si bien un dispositivo de cerca de 7.000 policías desplegados en las inmediaciones se encargó de proteger el Parlamento y las calles por donde pasaría la mandataria alemana durante su visita, los disturbios no pudieron evitarse.
Los primeros comenzaron al inicio de la reunión entre Samaras y Merkel, cuando entre 40 y 50 jóvenes lanzaron piedras a la policía, que reaccionó golpeando con machetes.
La situación se normalizó rápidamente y en total tres personas resultaron heridas, entre ellas un policía, informaron autoridades.
Algunos manifestantes portaban pancartas con frases como "Frau Merkel, fuera" o algunas más radicales como "Fuera de nuestro país, puta" o "La hija de Hitler, fuera de Grecia. No al IV Reich".
Otros manifestantes, disfrazados con los uniformes de las SS nazis o de las tropas de Hitler, quemaron banderas con la cruz gamada.
Durante su estadía de un día en Atenas, Merkel se reunió también con presidente de Grecia, Karolos Papoulias, y mantuvo una charla con empresarios alemanes y griegos antes de emprender su regreso a Berlín.
Fuente: Télam
