El objetivo medular del plan, a cambio del cual se le levantarán parcialmente las sanciones económicas a Teherán, es que Irán suspenda el enriquecimiento de uranio que supere el 5% y disuelva la mitad del material que ya enriqueció al 25% para dejarlo en un 5%, según precisaron las agencias EFE y DPA.
"Ya empezó el proceso de oxidación y disolución de la reserva de 196 kilos de uranio al 20%" en la planta de Natanz, la principal del país, a unos 230 kilómetros al sur de Teherán, declaró el director general de salvaguarda de la Organización de Energía Atómica de Irán (OEAI), Mohamad Amiri, a la agencia oficial de noticias iraní, IRNA.
"De ahora en adelante los dispositivos de centrifugadoras que se usaban para la producción de enriquecimiento al 20% se utilizarán para el enriquecimiento al 5%", explicó Amiri.
Pero el funcionario advirtió que si "la otra parte incumple el acuerdo, Irán retornará a su programa nuclear original".
La crisis se inició en el 2003, cuando el entonces presidente iraní, Mohamed Jatami, anunció que iba a producir combustible nuclear y despertó sospechas en el mundo occidental, en particular en Israel y sus principales aliados, de que Teherán estaba desarrollando armas atómicas.
Aunque Teherán aseguró que su producción nuclear estaba destinada a fines pacíficos, el ascenso del sucesor de Jatami, el antisionista Mahmud Ahmadineyah, despertó grandes temores sobre todo en Israel, país al que se le atribuye ser la única potencia nuclear de la región pese a que nunca lo reconoció oficialmente.
De acuerdo al plan de Ginebra, Irán se comprometió a partir de hoy a paralizar sus actividades en la planta de Natanz, a 160 kilómetros al sur de Teherán, y en el reactor nuclear de Arak, a 260 kilómetros al sur de la capital, y a la vez no reprocesar uranio ni a abrir nuevas instalaciones para enriquecer uranio.
Sin embargo, ninguna de estas medidas impide que la Organización de Energía Atómica de Irán pueda continuar con sus actividades de investigación en el campo nuclear.
El acuerdo de Ginebra también exige a Irán que dé mayores libertades a las inspecciones del OIEA, cuyos inspectores llegaron el sábado al país procedentes de Viena, sede del organismo.
Irán tendrá que proporcionar a esta agencia internacional planos detallados de cada instalación nuclear e información exhaustiva sobre sus operaciones atómicas, además de permitir acceso diario a sus inspectores e inspecciones sorpresa.
A cambio, las Naciones Unidas, la Unión Europea y Estados Unidos no podrán imponer nuevas sanciones a Irán. Además, deberán permitir las ventas de crudo a los clientes actuales al nivel actual y dejarán repatriar más de 7.000 millones de dólares iraníes obtenidos de la venta de petróleo que están congelados en cuentas extranjeras.
Irán podrá durante los próximos seis meses exportar productos petroquímicos, oro, metales preciosos y de la industria automovilística, y se le permitirá importar de repuestos de aviación, indica el acuerdo de Ginebra.
Teherán también se beneficiará con un "canal humanitario" que permitirá la entrada a Irán de alimentos, productos agrícolas, medicinas, equipos médicos y el pago de estudios en el extranjero.
Estos cambios darán un respiro a la deteriorada economía del país, que sufre una inflación del 40%, un desempleo superior al 20% y tiene al sector privado funcionando a la mitad de su potencial.
Según el texto de Ginebra, en los próximos seis meses ambas partes deberán continuar las negociaciones para lograr consensuar un programa "mutuamente definido con límites prácticos y medidas de transparencia", a fin de permitir a Irán disfrutar de su "derecho a la energía nuclear con fines pacíficos".
Fuente: Télam