El futuro de Siria "será formulado aquí en el terreno del heroismo y sellado con la sangre del frente de batalla, no en una conferencia hueca, en la que participan aquellos que ni siquiera nos representan", escribió hoy en su cuenta de Twitter uno de los líderes de frente, Abu Omar.
El rechazo de Omar se sumó así al de otros comandantes rebeldes, tanto de grupos islamistas más radicales como de jefes de milicias que se escindieron del Ejército Sirio Libre, el brazo armado de la Coalición Nacional Siria.
Las diferencias y enfrentamientos dentro del heterogéneo frente opositor sirio amenazan con hacer fracasar la cumbre de paz que comenzará el miércoles Montreux
Uno de ellos es el ex líder de la Coalición Nacional Siria, Moaz Jatib, quien pidió hoy un boicot contra la coalición que presidió hasta el año pasado, por haber aceptado acudir a la cumbre de paz en Suiza sin poner condiciones de carácter humanitario.
En un comunicado difundido en su página de Facebook, Moaz Jatib acusó a los miembros de la Coalición de "venderse", de hacer una muestra de una "cobardía política sin precedentes" y de ceder a las presiones internacionales, según la agencia de noticias EFE.
Las diferencias y los enfrentamientos dentro del heterogéneo frente opositor sirio amenazan con hacer fracasar la cumbre de paz que comenzará el próximo miércoles en la ciudad suiza de Montreux.
No sólo muchos grupos insurgentes no reconocen el liderazgo de la Coalición Nacional Siria, la única invitada para representar a la oposición al gobierno de Bashar Al Assad, sino que en el último año comenzaron a disputarle militarmente territorio ganado, agudizando aún más la guerra civil que vive ese país árabe.
En un giro sorpresivo, el Estado Islámico de Irak y el Levante, una milicia vinculada a Al Qaeda que ha ganado mucho terreno en el último año, anunció hoy que "tiende la mano" a los otros grupos insurgentes para "luchar juntos contra los alawitas y chiítas", en referencia a las dos confesiones que apoyan a Al Assad.
En una grabación difundida por internet, el jefe del Estado Islámico, Abu Bakr al Bagdadi, intentó terminar las batallas diarias entre los grupos insurgentes que dominan gran parte del norte sirio desde principio de año y que han erosionado su credibilidad frente a la población local y sus aliados externos.
Pero pese a la crisis de representatividad y la guerra desatada dentro del frente opositor sirio, los organizadores de la cumbre de paz internacional celebraron la decisión de la Coalición Nacional Siria de participar en un diálogo con el gobierno de Al Assad.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, calificó hoy en un comunicado a la decisión como un "paso valiente e histórico", mientras que el gobierno ruso, un aliado de Damasco, aseguró que fue "la decisión justa", según declaraciones del vicecanciller Mijail Bogdanov citadas por la agencia de noticias Itar-Tass.
El objetivo de la cumbre de paz en Montreux, sin embargo, no será nada fácil.
En primer lugar, tienen que negociar un alto el fuego y sólo luego comenzar a discutir los temas de fondo del conflicto sirio, que empezó hace más de dos años y medio con un levantamiento popular con raíces nacionales y terminó convirtiéndose en una guerra civil con fuertes injerencias de potencias regionales y mundiales.
Prueba del clima tenso que reinará en Suiza el próximo miércoles es que mientras los negociadores ultiman los preparativos en Europa, en Siria los combates continúan, imperturbables ante los avances diplomáticos.
Al menos 31 personas murieron hoy en diferentes bombardeos y enfrentamientos entre el Ejército y las milicias opositoras, según informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, una organización opositora con sede en Londres.
Fuente: Télam