Por eso la decisión de Israel de retirarse de las negociaciones constituye un nueva frustración para la mediación del secretario de Estado norteamericano, John Kerry, y del presidente Barack Obama.
Durante nueve meses de negociaciones, el diplomático estadounidense no pudo impedir que el gobierno israelí continuara con la construcción de nuevos asentamientos en Cisjordania y en Jerusalén Este, donde los palestinos piensan proclamar la capital de su nuevo Estado.
Sin duda, a este cuadro de desilusión contribuyó también la decisión israelí de no cumplir con la liberación del último grupo de presos palestinos, de un total de 104, ante el rechazo de los palestinos de extender las negociaciones más allá del 29 de abril.
Los próximos días serán importantes para saber el rumbo que tomará la reunificación de Hamas y Al Fatah, teniendo en cuenta que la Autoridad Nacional Palestina (ANP) depende de recursos financieros que recibe desde el exterior.
Poco después del anuncio, el presidente de la ANP, Mahmud Abbas, le aseguró a Kerry que un futuro gobierno de unidad -que se creará antes del 1 de junio- reconocerá al Estado de Israel y cumplirá con los acuerdos previos firmados por la Organizacion para la Liberación de Palestina (OLP).
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, dijo que su país no puede negociar con un gobierno formado por grupos que quieren la destrucción de Israel como el Movimiento de la Resistencia Islámica, Hamas, que controla la Franja de Gaza desde 2007. Al igual que Israel, Estados Unidos y la Unión Europea consideran "terrorista" a dicho grupo islámico.
¿Por qué Hamas y Al Fatah decidieron reunificarse cinco días antes de vencer el plazo establecido por Kerry para lograr un acuerdo marco? Aparentemente Hamas busca salir del aislamiento en que se encuentra, tras la reciente caída de los fundamentalistas Hermanos Musulmanes en Egipto.
Pero, además, trata de mejorar las condiciones de vida de la población de Gaza tras el bloqueo económico por parte de Israel.
De todos modos hay quienes creen que la unidad de Al Fatah con Hamas será un escollo insalvable para lograr la paz en la región.
Por el contrario, otros analistas se preguntaban antes de la reunificación de los grupos palestinos cómo podía alcanzarse un acuerdo entre Israel y la ANP, con dos regiones palestinas divididas y en estado de hostilidad.
"El acuerdo palestino es, como mínimo, un borrón y cuenta nueva. Esto puede no traer un nuevo gobierno ni ayudar con las negociaciones de paz; pero el pacto entre Al Fath y Hamas rompe con el pasado", opinó Nicholas Blincoe, en un artículo del diario británico The Guardian del 25 de abril.
"El pacto esquiva cualquier mención del control de las fuerzas armadas, el asunto que conduzco a que Hamas se anexara la Franja de Gaza en junio de 2007. Si los partidos continúan ignorando este asunto, el gobierno de unidad puede no durar mucho tiempo", afirmó.
Con la mirada puesta en las Naciones Unidas, los palestinos han firmado 15 solicitudes para acceder a otros tantos tratados y convenciones internacionales, después de ser reconocidos en 2012 como un estado observador no miembro de ese organismo multinacional. Esta posición, según Israel, viola la promesa de no buscar más reconocimiento para Palestina.
Ahora hay una nueva realidad en la región. El acuerdo de reconciliación, que se comenzó a negociar en 2011 en el Cairo y en 2012 en Qatar, incluye la formación de un nuevo gobierno interino presidido por Abbas en un plazo de cinco semanas.
Luego, si no surgen postergaciones, el mandatario convocara a elecciones generales en los territorios autónomos en enero de 2015.
"Netanyahu y su gobierno están usando la división de los palestinos como una excusa para no hacer la paz", dijo en un mail enviado a Télam el negociador palestino Saeb Erekat, quien es miembro del comité ejecutivo de la OLP.
"Ahora ellos quieren usar la reconciliación palestina con el mismo propósito. La conclusión lógica es que el gobierno de Netanyahu no quiere la paz", agregó.
Otro tema en cuestión es el papel que cumple Estados Unidos, como principal aliado de Israel.
Según el diario Haaretz, que cita a funcionario de jerarquía israelí, el liderazgo hebreo está desilusionado con la "débil reacción" mostrada por Estados Unidos ante la decisión de Hamas y Al Fatah de formar un gobierno de unidad, y por lo tanto demanda una respuesta más decidida de Wahington.
A pesar de su rechazo a Hamas, no sería la primera vez que Netanyahu mantenga negociaciones con este grupo islámico, dado que ya lo hizo en el pasado para lograr un acuerdo por la liberación del soldado Gilad Shalid, así como para lograr el cese el fuego en Gaza en 2008.
La reunificación dejó también otro interrogante sobre el papel que cumplirá el presidente interino palestino.
Después de más de nueve años de gobierno, Abbas parece haberse consolidado como un líder fuerte para manejar los arrebatos insurgentes de Hamas ante la negativa israelí de suspender la colonización de Cisjordania.
Seguramente De Abbas dependerá que no se cumpla la opinión de Netanyahu:"¿Quiere la paz con Hamas o con Israel? Se puede tener una, pero no la otra".
Fuente: Télam
