A diferencia de otras oportunidades, las negociaciones entre isralíes y palestinos se realizan bajo la mayor discreción y lejos de la prensa, con el fin de evitar cualquier tipo de presiones sobre las partes como ocurrió en 2000 y 2001, o durante el proceso de Annapolis.
Las conversaciones se iniciaron bajo la gestión del secretario de Estado norteamericano, John Kerry, tres años después de que venciera una moratoria israelí para la construcción de asentamientos en Cisjordania.
Sin embargo, la muerte de tres jóvenes palestinos por parte de las fuerzas israelíes durante un enfrentamiento ocurrido el martes pasado en un campo de refugiados de Qalandia, Cisjordania, provocó la cancelación del cuarto encuentro de las negociaciones previsto en la ciudad de Jericó.
Los israelíes trataban de detener a Yousef al-Khatib, un preso palestino liberado hace un mes tras pasar 10 años en una cárcel israelí, pero más de 1500 vecinos se opusieron a su arresto.
El ejército israelí prometió investigar el hecho, ocurrido cuando los soldados dispararon a la multitud tras recibir tiros de los manifestantes, informó el diario israelí Haaretz.
El incidente generó desconfianza mutua en el proceso de paz y la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) señaló que entre enero y agosto de 2013, un total de 2930 personas, entre ellos mujeres y niños, fueron arrestados por fuerzas israelíes en los territorios autónomos.
"Esta cadena de crímenes de Israel y la continuación de la construcción en los asentamientos son un mensaje claro que expresa las verdaderas intenciones de Israel con respecto al proceso de paz", dijo Nabil Abu Rudeinah, vocero del presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abbas.
En medio de esta tensión, la portavoz del Ayuntamiento de Jerusalén, Brachie Sprung, informó sobre un plan para construir 1500 viviendas más en Jerusalén Este, donde los palestinos piensan proclamar la capital de su futuro Estado.
A fines de julio hubo un encuentro simbólico en Washington, entre la negociadora israelí Tzipi Livni y el palestino Saeb Erekat. Pero las negociaciones empezaron fríamente el pasado 14 de agosto en Jerusalén.
Tres días antes, el ministro de la Construcción israelí, Ariel Uriel, del partido ultraderechista "La casa judía", anunció la construcción de 1.200 viviendas en los asentamientos judíos de Jerusalén Este.
En aquella oportunidad, desconociendo el reclamo palestino, Uriel dijo: "Ningún país aceptaría que le dictaran desde fuera dónde puede y dónde no puede construir".
Desde un principio se sabía que no resultarían sencillas las negociaciones de paz, luego de que en 1993 el ex presidente estadounidense, Bill Clinton, lograra juntar al fallecido líder palestino, Yasser Arafat, y al asesinado primer ministro israelí, Isaac Rabin, para que firmaran los Acuerdos de Oslo en la capital noruega.
"Hoy, la Administración (del presidente Barack) Obama está completamente quebrada frente a la caída de los regímenes y el colapso de los estados (en Medio Oriente)", dijo el analista Yossi Shain, en una nota en el diario israelí Yediot Aharonot.
"La situación es sensitiva, peligrosa y explosiva. La administración Obama tiene la necesidad de lograr un acuerdo entre Israel y los palestinos. Washington perdió la paciencia y perdió la sensibilidad a los matices. Esto puede crear presiones innecesarias, las cuales también pueden proyectarse sobre la habilidad y la motivación de la Casa Blanca para actuar frente al asunto iraní", agregó.
Veinte años después de los acuerdos de Oslo, las posibilidades no son las mejores para lograr un acuerdo de paz que concluya con la creación de un Estado palestino y fronteras seguras para Israel.
Sin embargo, las intenciones de ambos pueblos son las mismas que en esos años a pesar de que sobre la mesa de negocaciones existen varios temas espinosos como la controversia sobre Jerusalén Este, y el retorno de millones de refugiados palestinos que huyeron tras la creación de Israel en 1948.
El aislamiento en que se realizan las conversaciones de paz, propuesto por el propio secretario Kerry para que no surjan especulaciones que afecten las negociaciones, alienta cierto tipo de optimismo entre algunos analistas.
Es probable, no obstante, que surjan avances y retrocesos a raíz de la violencia que afecta tanto a israelíes como a palestinos.
Fuente: Télam
