La presidenta señaló que las cifras actuales no tienen en cuenta a los enterrados antes del atardecer del día de su muerte, en línea con la tradición musulmana, agregó el portavoz.
También este viernes, la ONU dijo que hasta 1 millón de personas podría estar en necesidad de asistencia humanitaria en Kirguizistán y el vecino Uzbekistán, incluyendo refugiados, desplazados internos y otros que puedan sufrir de uno u otro modo la violencia.
La vocera de la UNICEF Christiane Berthiaume dijo que la cifra es una estimación para ayudar a los organismos a planear cuánta ayuda necesitan preparar, y que los números reales podrían ser mayores o menores, informó la cadena de noticias CNN.
Otunbayeva arribó a la madrugada en helicóptero a la plaza central de Osh, una sureña ciudad de 250.000 habitantes donde comenzó la violencia, hace exactamente una semana.
La ONU estima que 400.000 personas debieron abandonar sus hogares por la violencia, sobre todo miembros de la minoría uzbeka. "Debemos darles esperanza de que reconstruiremos la ciudad, haremos regresar a todos los refugiados y crearemos las condiciones para ello", dijo Otunbayeva.
Hasta 100.000 personas se refugiaron en Uzbekistán y reciben agua y alimentos en campamentos especialmente creados para ellos.
Miles más acampan del lado kirguís de la frontera en condiciones paupérrimas sin poder salir del país debido a que Uzbekistán acepta ahora sólo a personas heridas o enfermas.
El funcionario número uno de Estados Unidos para la región de Asia Central, Robert Blake, visitó este viernes un campo de refugiados a tres kilómetros de la frontera kirguís y pidió una investigación sobre la violencia.
"Creemos que debería haber una investigación. Estamos trabajando con el gobierno de Kirguizistán para darles seguridad para que puedan regresar a casa a salvo", dijo Blake a refugiados, con un intérprete uzbeko a su lado.
El gobierno interino de Kirguizistán, que derrocó al anterior presidente Kurmanbek Bakiyev en abril, acusa al derrocado mandatario y sus seguidores de fomentar los disturbios para socavar a la administración central. Bakiyev negó las acusaciones desde su exilio en Bielorrusia.
Fuente: Télam.com.ar