"Cazabombarderos ucranianos lanzaron en el centro de la ciudad un proyectil que estalló cerca de la sede de la administración regional, donde tiene su base la dirigencia de la república popular de Lugansk", agregó un vocero de los rebeldes, citado por la agencia de noticias rusa Interfax.
"Hay muchos muertos y heridos entre los rebeldes y la población civil", informó el funcionario separatista, reproducido por la agencia de noticias EFE.
Videos difundidos vía twitter por periodistas mostraron rastros de granadas en el parque del frente del edificio gubernamental.
El ataque de hoy es el primero que el Ejército ucraniano lanza contra el corazón de una de las capitales de las dos provincias rebeldes.
Hasta ahora, el Ejército y las cada vez más numerosas milicias pro Kiev habían combatido en las afueras de las ciudades, tomadas por los separatistas hace cerca de dos meses, y hasta habían lanzado una ofensiva contra el aeropuerto de Donetsk, la otra capital provincia tomada por los rebeldes pro rusos.
Pero nunca habían atacado el centro de Donetsk o Lugansk, las dos ciudades más pobladas del convulsionado este ucraniano.
Por eso, la respuesta de Rusia no se hizo esperar.
"Tomamos nota de que la escalada de las acciones de los servicios de seguridad ucranianos coincidió con la visita del subsecretario de Defensa (estadounidense) Derek Chollet en Kiev", condenó la Cancillería rusa en un comunicado publicado en su página web.
Como Washington y Europa suelen pedir a Moscú que influya sobre los separatistas para resolver el conflicto, el Kremlin instó a sus "socios occidentales" a que "utilicen toda su influencia sobre Kiev" para evitar una tragedia nacional, y llamó a una reunión de emergencia hoy del Consejo de Seguridad de la ONU.
Rusia "exigirá el cese inmediato de la violencia y el inicio de negociaciones con el objetivo de garantizar el alto el fuego sólido y seguro" en Ucrania, explicó el canciller Serguei Lavrov en una conferencia de prensa en Moscú.
"Queremos que el Consejo de Seguridad demande que no se obstruya la salida de la gente pacífica y el envío de ayuda humanitaria a esas zonas de combate", agregó el diplomático.
Pero Kiev, que acusa a Rusia de ayudar a los separatistas, se niega a que nada entre al país desde la potencia vecina.
Mientras las llamas aún se escapaban por las ventanas de la sede gubernamental de Lugansk, a pocos kilómetros de allí, muy cerca de la frontera con Rusia, unos 400 milicianos separatistas seguían combatiendo para tomar el control de la sede de la comandancia de la Guardia Fronteriza ucraniana en esa provincia.
Según RIA Novosti, al menos cinco milicianos pro rusos murieron y varios guardias fronterizos resultaron heridos en los combates, que comenzaron a la madrugada y se prolongaron durante casi toda la jornada, con breves treguas para evacuar a los heridos.
La recientemente proclamada República Popular de Lugansk explicó hoy en un comunicado que su objetivo es liberar esa parte de la frontera con Rusia para luego integrarse a la nación vecina.
Pese a que las autoridades separatistas de Lugansk y Donetsk pidieron ya en varias ocasiones que Moscú reconozca su independencia y las acepte como parte de la Federación Rusia, el gobierno de Vladimir Putin aún no dio una respuesta directa.
Fuente: Télam