Las calles de la ciudad son invadidas en estos días por una babel de razas, lenguas y religiones que se han dado cita en el corazón del Africa del Sur, para trazar los lineamientos que sirvan como base a un mundo mejor, en un lugar de contrastes.
Llegar hasta el centro oficial de convenciones es una tarea ciclópea: agentes de seguridad revisan minuciosamente a los asistentes para evitar cualquier inconveniente -medidas reforzadas ante el temor de posibles atentados-, sobre todo tras el pedido a los organizadores por parte de la radio islámica de Johannesburgo, de expulsar a la ONG judía Jewiss Natural Fund, por considerarla enemiga de los intereses musulmanes. (Télam)