Esta tempestad, que azotó a la isla de Mindanao a partir del viernes al anochecer, dejó 1.002 muertos, de acuerdo con el Organismo Nacional de Prevención de Catástrofes.
"Temo que (el balance) aumente porque todavía hay numerosos desaparecidos", declaró Benito Ramos, director de la Seguridad Civil filipina, sin dar precisiones.
El anterior balance señalaba 957 muertos y 49 desaparecidos. Las cifras de víctimas aumentaron gradualmente desde el sábado, a medida que los cadáveres arrastrados por las aguas subían a la superficie o eran abandonados en las playas.
El presidente Benigno Aquino visitó la zona el martes. Prometió una ayuda del Estado para la reconstrucción, pero pidió a los damnificados que dejen de instalarse en zonas inundables.
Se esperaba que a su regreso a Manila, Aquino declarase el estado de catástrofe natural.
En total, unas 284.000 personas fueron desplazadas a causa de este fenómeno climático y más de 40.000 fueron alojadas en albergues públicos.
Fuente: 26noticias.com.ar