"Vete a casa o enfrenta un arresto" fue el mensaje principal de la campaña impulsada por el Ministerio del Interior británico que recibió críticas de todo el arco político, incluyendo los liberales demócratas que forman parte del gobierno de coalición junto a los conservadores.
Un portavoz de la cartera evitó referirse a la controversia y argumentó que los planes de nacionalizar la campaña se suspendieron porque "una evaluación interna mostró resultados pocos convincentes".
De acuerdo al diario Daily Mail, solamente un ciudadano paquistaní fue persuadido de volver a su país por la iniciativa oficial.
La Autoridad para los Estándares Publicitarios, el organismo que regula el sector, recibió decenas de quejas de personas que consideraron que la campaña fue ofensiva e inició una investigación para determinar si "incitó o exacerbó el odio racial".
Fuente: Télam