Feijóo tiene los sondeos a su favor, aunque sabe que buena parte de la sociedad está en contra de sus políticas de austeridad, que mantienen deprimida la economía y provocaron un repunte del desempleo.
Mantener su actual mayoría absoluta (38 de 75 escaños del parlamento gallego) depende de un puñado de votos.
Y aunque no todos lo demuestren con igual vehemencia, el malestar es palpable entre estudiantes, jubilados estafados por la banca, trabajadores del sector naval y la industria del aluminio y profesionales independientes. Algunos están en pie de guerra contra el gobierno del PP.
Por eso no ha sido casual que en plena campaña electoral gallega, el presidente electo de México, Enrique Peña Nieto, respaldara el lunes en Madrid los contratos entre la empresa Pémex (Petróleos Mexicanos) y astilleros de Galicia para la construcción de barcos-hoteles (flotel), que hasta entonces estaban en el aire.
Sobre la Avenida Beiramar de la ciudad de Vigo se encuentra situado el astillero Barreras, uno de los beneficiados por el contrato (160 millones de euros).
Los portones del astillero están cerrados a cal y canto. "Es una pena, esto cerró hace tiempo y dejó a miles de trabajadores en la calle", dijo a Télam Carlos Pasos, un trabajador de otro astillero cercano. "El próximo 14 de noviembre habrá una movilización del sector", añadió.
"Todo esto es una cortina de humo, el colmo de la indecencia. El presidente Mariano Rajoy recibió a Peña Nieto y luego Feijóo dijo a los trabajadores de los astilleros que tienen que mover el culo, como si fuera una empresa autogestionada", dijo a Télam Xosé Manuel Beiras, candidato de AGE (Alternativa Galega de Esquerda).
Beiras, un veterano político nacionalista gallego de 76 años, cuya candidatura es fruto de un acuerdo entre su formación Anova, Izquierda Unida (IU), Espazo Ecosocialista y Equo, es la revelación de la campaña electoral gallega y puede llegar a ser la llave del gobierno de coalición que permitiría desbancar a Feijóo.
El candidato de la izquierda gallega asegura que "las encuestas están manipuladas por el poder" y que "el PP está bailando en la cuerda floja".
"Nosotros nos estamos nutriendo de la mayoría social, de los agredidos, los castigados por la crisis y los recortes, lo que creían que su voto no tenía sentido y ahora están esperanzados", afirmó.
"La campaña es una bola de nieve, un proceso acumulativo. Se está uniendo mucha gente, en su mayoría jóvenes o veteranos desencantados", añadió, al tiempo que enterró la idea de que todos los jóvenes son de izquierda y los jubilados gallegos de derecha.
"En Galicia la mayoría social es de centro e izquierda", subrayó.
El polémico Beiras, quien protagonizó el enfrentamiento más mediático de la campaña al decir que con sus políticas neoliberales Feijóo "mataba más gente que cualquier grupo terrorista", insiste en que "el PP tiene que ser desalojado".
"Como dice el movimiento 15-M (los indignados), no nos representan". "No soy el primero en decir que hay políticas que matan", argumentó, y recordó que el Premio Nobel de la Paz argentino Adolfo Pérez Esquivel habló de "genocidio" respecto a la deuda externa de los países latinoamericanos.
"El PP no paró de mentir desde que Feijóo está en el gobierno, tienen acuerdos con los poderes financieros, y están de espaldas a la ciudadanía", insiste.
El último hecho relevante de la campaña fue que mientras el aspirante a la reelección no dejaba de proclamar que Galicia es la comunidad de España que mejor cumple con el déficit, el diario El País reveló que su gobierno desvió 400 mil millones de euros de las cuentas de 2010 a 2011 para evitar entrar entre las regiones incumplidoras.
"Todos son unos ladrones", afirmó resignado Enrique Rivas, alias "Rincho", propietario del restaurante "Todos a Bordo", ubicado en el barrio vigués de Bouzas, frente a los Astilleros.
Rivas dice que la situación económica está peor que nunca, que hay recortes por todos lados y despidos, pero que él no va a votar.
"Aquí antes tenía 120 o 130 personas comiendo cada día, y ahora si llego a 30 es un milagro", explica detrás de la barra de su restaurante. Desde 2009, la crisis destruyó un 33% de los puestos de trabajo del sector naval en Galicia, según el sindicato Comisiones Obreras (CC.OO).
Pero este gallego de 59 años no confía ni en Berias: "Yo soy más de izquierdas que él, y va a vender mi voto para formar una coalición".
En cambio, María, una "pescantina" de 62 años que trabaja en un puesto del mercado de Bouzas, asegura que "votará como buena ciudadana, y lo hará contra el gobierno porque "necesita un castigo" y para que (la canciller alemana Angela) "Merkel no gobierne en España".
Entre los sectores más enfadados con el gobierno de Feijóo están los jubilados -muchos emigrantes retornados- y trabajadores afectados por la estafa bancaria masiva de las "preferentes", productos financieros vendidos como plazos fijos y que los bancos convirtieron en productos tóxicos irrecuperables.
Los afectados de Caixanova y Caixa Galicia, entidades intervenidas por el gobierno, ascienden a 43.000 pequeños ahorristas.
"El gobierno propuso aplicar el arbitraje de Consumo como una vía de solución, pero solo un 10% de los afectados recurrieron, el resto tendrán que esperar la vía judicial", dijo a Télam Verónica Pasos, técnica de consumo de ADICA (Asociación de Usuarios de Bancos, Cajas y Seguros) en La Coruña.
"Los afectados, en su mayoría jubilados, obviamente no están conformes, responsabilizan a los bancos pero quieren que el gobierno también se haga cargo. Lo evidencia con la protesta social", subraya. Y se lo hacen recordar a Feijóo cada vez que pueden.
Fuente: Télam
