En África se los conoce como “guingnerous” de acuerdo con un dialecto camerunés que significa “falso blanco”. Tienen el cabello, las pestañas y las cejas rubias y los ojos azules. De chicos, se sentían mirados como extraterrestres, pero ahora lo toman como un juego.
Los dos viven en Madrid, España, y a pesar de estar en una comunidad de raza blanca, también se sienten raros: "Al principio me molestaba mucho", recuerda Calvin al diario El País de España; "Iba con la cabeza agachada, haciéndome el dormido. Al final me cansé y me lo tomé como un juego. Ahora me divierte notar cómo me miran, juego con eso. Giro la cabeza, la vuelvo rápido y ellos se llevan un susto al ver que los veo".
Su condición de blancos hace que sean débiles de salud, ya que ambos tienen la visión altamente disminuida y su exposición al sol debe ser lo menor posible, debido a su tendencia a contraer cáncer de piel.
Estos hermanos son hijos de un comerciante negro que tuvo 10 hijos con dos esposas, una de las cuales era albina. De esta coincidencia genética, solo el 25% de los bebés que nacen son albinos. Ese matrimonio tuvo 4 hijos, 2 negros y 2 “blancos”.
En su país natal está instalada la creencia de la “suerte” que los albinos deparan. Es por eso que “piensan que si te acuestas con una chica les das suerte”, dice Calvin al diario español. Pero, por el contrario, también se les arrancan las uñas y los pelos para hacer brujerías, o en algunas zonas los matan por ser diferentes.
Fuente: infobae.com