Del lado español de las alambradas, los esperaba el dispositivo "anti-intrusión" de la Guardia Civil, reforzado por integrantes del grupo local de Reserva y Seguridad (GRS) y un helicóptero dotado de rayos infrarrojos.
El gobierno local de Melilla recalcó más tarde que este nuevo intento de ingreso a Europa a través de España muestra una vez más "la extrema presión migratoria sobre esta ciudad y avala la necesidad de reforzar las medidas anti-intrusión que componen su perímetro fronterizo", informó la agencia Europa Press.
La delegación terció así en el debate que provocan en España esas alambradas lacerantes de cuchillas, en el curso del cual los socialistas del PSOE pusieron a consideración una moción, aprobada por casi toda la oposición, de retirarlas de inmediato.
El grupo legislativo del Partido Popular (PP) desestimó hoy la moción, y dada su mayoría en el parlamento españoel se espera que sea rechazada en la sesión de mañana jueves.
La iniciativa requiere del gobierno español, además, adoptar otra serie de medidas en materia de inmigración, y que se termine de elaborar el reglamento que regula los Centros de Internamiento de Extranjeros, pendiente desde 2010.
Por otra parte, el delegado de gobierno de Melilla, Abdelmalik El Barkani, declaró que este no es un problema exclusivo de Melilla y su entorno marroquí, "ni tampoco de España y Marruecos", sino "del conjunto de la Unión Europea, hacia cuyos países pretenden dirigirse la práctica totalidad de los inmigrantes irregulares que actualmente se encuentran acampados en el Monte Gurugú".
El Barkani, al igual que su par italiano de Lampedusa, exigió coordinar las políticas migratorias de la UE y su participación en la represión de los intentos de ingresar a Europa por sus deslindes africanos.
Fuente: Télam