"Estoy bendecido de ver la historia realizarse por segunda vez", sostuvo Hamilton, notablemente emocionado mientras sostenía un gran cartel blanco con letras negras que colgaba por su espalda, en declaraciones a Télam.
En el letrero, el ex soldado de infantería compartía, con los demás espectadores que pasaban junto a él, su participación junto al líder de los derechos humanos, Martin Luther King Jr., en las reprimidas Marchas de Selma a Montgomery, Alabama, de 1965, para exigir el derecho al voto para los afroamericanos en el país.
"Yo mismo estuve con Martin Luther King Jr. Fue dura la marcha. Hubo soldados muertos por protestar por el derecho al voto", contó el hombre con la mirada fija hacia el Capitolio y los ojos húmedos, inundados por los emotivos recuerdos.
Un poco más hacia atrás, vestidas con largos tapados, gorros y guantes para combatir las bajas temperaturas del famoso "National Mall", un espacio abierto rodeado de museos que une el Congreso con el obelisco, Diane Jallow esperaba parada junto a una amiga con la que arribó este mismo lunes a la capital estadounidense desde el cercano estado de Pensilvania.
"Estoy muy emocionada de estar acá en el día del cumpleaños de Martin Luther King Jr. y tener un presidente afroamericano por cuatro años más"Diane JallowCon una sonrisa en su rostro y sosteniendo una banderita de los Estados Unidos, la mujer afroamericana de 59 años afirmó rápidamente y sin dudar que todavía mantiene "la esperanza" que Obama despertó en la gente en su campaña presidencial de 2008 y durante el principio de su mandato.
"Y no es porque sea afroamericano, puede ser de color púrpura, es por lo que él defiende", aseguró Jallow, quien además de creer en los valores que transmite la familia Obama, se dijo convencida de "todo el trabajo" que ha hecho y de que en realidad no será valorado por la gente "hasta que salga de la Presidencia".
"Estoy muy emocionada de estar acá en el día del cumpleaños de Martin Luther King Jr. y tener un presidente afroamericano por cuatro años más", agregó la mujer a esta agencia, gritando al compás de la risa festiva de su amiga, que la escuchaba atenta bajo una gran bufanda.
Entre los cerca de 800.000 participantes que se estima llegaron al National Mall, Francisco Amilcar Castro no dudó en aprovechar el feriado en honor a Luther King, que coincidió con su día de franco, para esta vez no perderse la ceremonia de asunción, como ya le había ocurrido en 2009.
Casttro, oriundo de Honduras, mencionó a Télam que el trabajo que le tocó al líder de la Casa Blanca "es duro", y por eso "no podemos echarle la culpa a él, porque cuatro años es demasiado poco para hacer tantas cosas, y más en un país que encontró moribundo, en quiebra".
En ese sentido, el hombre de 42 años dijo tener "fe y esperanza" de que en el próximo período de gobierno, la máxima figura demócrata "va a levantar al país", pero principalmente y en lo que a su comunidad se refiere, esperanza de que lleve adelante la promesa de reformar el sistema migratorio.
"Obama llegó a la Presidencia estas dos oportunidades por el voto latino. Si no fuera por los latinos no estaría ahí, entonces creo que tiene un compromiso con todos nosotros, quizás no de darnos el 100 por ciento de la reforma migratoria pero sí de que demos los primeros pasos y estemos seguros", aseveró.
Luego de haber sorteado los cierres de calles y largas cuadras llenas de gente para llegar al "Mall", Gill McGrath movía su banderín frente a su cara, que parecía aún más blanca por los horas de espera en el frío invernal, al ritmo de los otros miles que, tras ser entregados por voluntarios, flameaban por encima de las cabezas de los espectadores.
Como cada uno de los presentes, McGrath tenía una motivación personal para formar parte de la toma de juramento del mandatario número 44.
Y es que además de agradecer por el desempeño realizado por Obama en su primer periodo como presidente, quiso hacerlo, en especial, "por el trabajo que dedicó a las mujeres", según contó a Télam.
La gran diversidad reflejada en los asistentes, que a través de pantallas gigantes festejaron la llegada de las hijas presidenciales Malia y Sasha y de las principales figuras políticas, se convirtió en un único grito cuando finalmente Obama apareció en escena para tomar juramento.
En ese momento, la emoción se convirtió en fervor, y las banderas en alto celebraron al primer presidente afroamericano de la historia de los Estados Unidos, que bajo biblias de Abraham Lincoln y de Luther King asumió por segunda vez para estar otros cuatro años más al frente de la Casa Blanca.
Fuente: Télam
