"Nuestro objetivo es lograr la liberación total de las regiones del norte de Mali. Si el apoyo es consecuente, no deberíamos tomar más de un mes para recuperar Gao y Tombuctú", afirmó Dahirou Dembélé, Jefe del Estado Mayor del Ejercito maliense, en declaraciones a la emisora francesa Radio France International.
Tombuctú, 900 kilómetros al norte de Bamako, y Gao, a 1.200 kilómetros de la capital, junto a Kidali, cercana a la frontera con Argelia, fueron tomadas en marzo de 2012 por los rebeldes islamistas de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) y sus aliados de Ansar Dine (Defensores del Islam).
Los extremistas islámicos, que afirman contar con más de 8.000 combatientes, instauraron una versión severísima de la ley islámica en las regiones del norte que conquistaron, y echaron de ellas a otros grupos armados de separatistas de etnia tuareg que desde hace décadas combatían al débil gobierno central.
En la antigua y hasta no hace mucho turística Tombuctú, capital intelectual y espiritual y centro de propagación del islam durante los siglos XV y XVI, los islamistas destruyeron parte del invaluable patrimonio cultural local, entre ellos mausoleos y manuscritos medievales preislámicos.
Dos semanas atrás, los islamistas iniciaron un avance sobre Bamako, y Francia, la antigua potencia colonial de Mali, respondió con el inicio de una ofensiva primero aérea y luego terrestre para detener a los extremistas, argumentando que constituyen un riesgo para la existencia del país africano y para todo el mundo.
El lunes, militares franceses junto al Ejército de Mali recuperaron el control de la localidad de Diabali, 400 kilómetros al noreste de Bamako, que había sido ocupada por los insurgentes islamistas la semana pasada, y la ciudad de Douentza, 800 kilómetros al noreste de Bamako.
Luego de tomar Diabali y Douentza, los soldados franceses, reticentes a permanecer dentro de las mismas por temor a represalias de los simpatizantes de los insurgentes, se retiraron a pocos kilómetros dejando el patrullaje de las calles a sus pares malienses.
"No tenemos vocación de permanecer aquí, vamos a dejarle las ciudades a los malienses", expresó el coronel Frédéric Goute, jefe de operaciones en el sector de Diabali, al canal informativo BFM TV.
A casi dos semanas del inicio de la ofensiva francesa, 2.150 militares galos se encuentran en su antigua colonia africana, y el contingente llegará a 2.500 soldados en los próximos días, según anunció hoy mediante un comunicado el ministro de Defensa, Jean-Yves Le Drian.
"No vamos a dejar focos de resistencia. El objetivo de nuestra intervención es reconquistar la totalidad de Mali", dijo el domingo Le Drian al canal de TV público France 5.
En tanto que el Ministerio de Defensa francés reconoció hoy que "el riesgo de represalias y venganza en muy grande", luego de la revelación ayer en un reportaje del semanario L´Express sobre la existencia de exacciones por parte de los militares malienses.
Con testimonios y fotografías, el semanario reveló la existencia de fosas comunes donde soldados malienses habrían enterrado a decenas de tuareg y árabes.
"Por el momento no tenemos ningún indicio de que haya habido exacciones, pero estamos muy atentos porque sabemos que el riesgo es muy grande", expresó ante la prensa el portavoz del Estado Mayor del Ejército francés, Thierry Burkhard.
Numerosas asociaciones de Derechos Humanos, entre ellas la prestigiosa Federación Internacional de los Derechos Humanos (FIDH), advirtieron en los últimos días sobre el riesgo de venganza por parte de los militares malienses frente a las comunidades tuareg y árabes.
Entretanto, esta mañana el gobierno de Mali, surgido de un golpe de Estado hace 10 meses, prolongó -con el apoyo del Parlamento- por tres meses el estado de emergencia, que permite el despliegue militar con "poderes absolutos" para intentar recuperar el control en el norte del país.
En Alemania, el vocero del Comando de Estados Unidos para Africa (Africom), Benjamin Benson, anunció hoy que aviones norteamericanos comenzaron a transportar personal militar y equipamiento franceses desde Istres, en el sur de Francia, a Bamako, informó la agencia de noticias Europa Press.
Benson indicó que los vuelos estadounidenses comenzaron ayer, pero se negó a brindar detalles de la cantidad de aviones que se están usando para el procedimiento.
Una decena de países europeos han contribuido hasta ahora con apoyo logístico a la ofensiva francesa en Mali. Una fuerza africana de 3.300 soldados aprobada por la ONU debe desplegarse en Mali para hacer frente a los islamistas, pero hasta ahora sólo llegaron 300 procedentes de Benóin, Nigeria, Senegal y Togo.
Fuente: Télam